Este martes, el gobierno de izquierda español anunció la adopción de una reforma regulatoria que cree facilitará la regularización de decenas de miles de inmigrantes ilegales adicionales por año durante los próximos tres años. “El objetivo es fortalecer y ampliar las vías de regularización de los inmigrantes que se encuentran en España, para que puedan llevar una vida plena como ciudadanos: tener derechos y deberes”explicó la ministra de Inclusión y Migraciones, Elma Saiz. Según las cifras citadas por la ministra, a finales de 2023 se registraron unos 210.000 inmigrantes en los distintos procedimientos conducentes a la naturalización hoy en España, o 85.000 personas más que en 2022.
Gracias a la reforma adoptada el martes, el gobierno estima que hasta 300.000 inmigrantes podrían ser regularizados cada año durante los próximos tres años. “Como hemos dicho repetidamente, diversos organismos nacionales e internacionales (…) calculan que España necesita entre 250.000 y 300.000 trabajadores extranjeros al año para mantener su nivel de vida”insistió el ministro en rueda de prensa. “Como dijo (el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez) hace unas semanas, España debe elegir entre ser un país abierto y próspero o ser un país cerrado y pobre. Y elegimos la primera opción”continuó. Esta reforma reglamentaria prevé, en particular, una reducción de los plazos y de las formalidades para la obtención de permisos de residencia, la “reforzamiento” de los derechos de los trabajadores migrantes, la ampliación de tres meses a un año de la duración del visado de búsqueda de empleo y la creación de nuevos estatutos que allanen el camino a la regularización.
Según la ministra Elma Saiz, unos 2,9 millones de extranjeros ya cotizan mensualmente a la seguridad social, o el 13,6% del total de afiliados, “Dos puntos más que hace apenas dos años”. Partidario de una política de acogida por motivos principalmente económicos, el Gobierno de izquierda español supone una excepción en materia migratoria dentro de la Unión Europea, en contraste con el endurecimiento llevado a cabo por muchos países del bloque. España es una de las tres principales puertas de inmigración a Europa, junto con Italia y Grecia. El país se enfrenta especialmente a la llegada masiva de inmigrantes al archipiélago de las Islas Canarias, en el noroeste de África. A mediados de octubre, 32.878 inmigrantes irregulares habían llegado allí este año, frente a 23.537 durante el mismo período del año pasado, según el Ministerio del Interior.
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