Según su abogado, la presidenta de Georgia, rompiendo con el Gobierno de este pequeño país caucásico, pidió el martes 19 de noviembre al Tribunal Constitucional anular las elecciones legislativas ganadas por el partido gobernante, que la oposición considera amañadas. La presidenta, Salomé Zourabichvili, justificó su iniciativa diciendo “violaciones generalizadas del carácter universal del voto y del secreto del voto” que tuvo lugar el 26 de octubre, dijo Eka Beselia, el abogado que representa al líder prooccidental.
La Comisión Electoral confirmó el sábado la victoria del Sueño Georgiano (53,93%), que le asegura 89 de los 150 escaños del Parlamento. Este partido –acusado por sus detractores de deriva autoritaria prorrusa y de querer distanciar a Georgia de la Unión Europea– se sitúa por delante de una alianza de partidos de oposición prooccidentales (37,79%).
Pero la oposición denunció fraude y las cancillerías occidentales y la Unión Europea pidieron investigaciones sobre estas acusaciones de irregularidades. La membresía en la UE, al igual que en la OTAN, son objetivos consagrados en la Constitución de Georgia. La Unión Europea había hecho de estas elecciones legislativas una prueba en la perspectiva de esta adhesión.
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Enfrentamientos entre manifestantes y policías
El presidente Zurabichvili también cuestionó estos resultados. Tras su anuncio, denunció un sofisticado sistema de fraude tras una “Metodología rusa”pero luego se negó a responder a una citación de la fiscalía para detallar estas acusaciones, que Moscú rechaza.
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La oposición se niega a entrar en el Parlamento que celebrará su primera sesión el lunes con su nueva composición política. La presidenta advirtió que no firmaría el decreto para convocarlo, pero el primer ministro, Irakli Kobakhidze, anunció que lo ignoraría.
La oficialización del resultado del sábado provocó manifestaciones de ciudadanos que protestaban contra lo que consideran un voto robado. El martes por la mañana estallaron enfrentamientos cuando la policía comenzó a evacuar a los manifestantes que bloqueaban una de las principales calles de la capital y un campamento instalado cerca de la Universidad de Tiflis, según la televisión local. Según el líder del partido opositor Akhali, Nika Gvaramia, varios miembros “miembros del consejo político de su partido fueron golpeados y arrestados”.
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