Miles de personas se reunieron en Bratislava el domingo para protestar contra las políticas gubernamentales y conmemorar el 35º aniversario de la Revolución de Terciopelo que resultó en la separación pacífica de Checoslovaquia en República Checa y Eslovaquia en 1993.
En Eslovaquia ya se han producido manifestaciones en los últimos meses, y la oposición acusó al gobierno, en particular, de intentar amordazar a la prensa, de atacar la libertad artística, pero también de mala gestión de los fondos públicos.
Ondeando banderas eslovacas y europeas y portando pancartas que decían “Eslovaquia no pertenece al gobierno, sino a sus ciudadanos”, miles de personas se reunieron en el centro de Bratislava.
La defensa de la libertad
“El gobierno intenta suprimir las libertades por las que lucharon las generaciones de 1989”, dijo a la AFP Boris Barina, un estudiante de 19 años. “Tengo nietos y quiero que vivan en un Estado libre, democrático y, sobre todo, justo”, dijo otra manifestante, Anna Tothova, de 58 años.
La ira ha aumentado en los últimos días en el país tras la acusación de un policía por homicidio involuntario tras la paliza mortal propinada a un vagabundo el 5 de noviembre.
Se guardó un minuto de silencio en memoria del hombre de 48 años, a quien la policía golpeó tras detenerlo en un supermercado de Kosice, la segunda ciudad de Eslovaquia, por presunto robo.