Apenas unos días después de prometer “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser saludable”, el presidente electo Donald Trump y su futuro secretario de salud, Robert F. Kennedy Jr., fueron fotografiados atiborrándose de hamburguesas y papas fritas de McDonald’s.
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“Hacer que Estados Unidos vuelva a ser saludable comienza MAÑANA”, escribió irónicamente Donald Trump Jr, hijo mayor del presidente electo, publicando en Instagram una foto de la cena a la que asistió, a bordo del avión de su padre, en compañía también del multimillonario Elon Musk y del presidente republicano de la Cámara de Representantes Mike Johnson.
El padre de Donald Trump y su hijo Elon Musk y Robert F. Kennedy Jr viajaron juntos a Nueva York el sábado por la noche para asistir a un evento de artes marciales mixtas (MMA) en el Madison Square Garden.
Kennedy, heredero de la famosa familia política demócrata, hizo campaña con Trump antes de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre prometiendo, entre otras cosas, abordar la “comida chatarra”.
“Durante demasiado tiempo, los estadounidenses han vivido aplastados por el complejo industrial alimentario y los laboratorios farmacéuticos”, dijo Trump al anunciar la nominación de Kennedy el jueves.
En las redes sociales, los internautas han señalado que el futuro Ministro de Salud es el que parece menos entusiasmado y menos sonriente entre los invitados a la mesa.
Robert F. Kennedy Jr., un abogado de 70 años, creyente en la teoría de la conspiración y activista antivacunas, ha abogado durante mucho tiempo para que Estados Unidos frene su epidemia de obesidad reduciendo los altos niveles de azúcar, grasas y alimentos procesados con alto contenido de aditivos en la dieta nacional.
La semana pasada, fue mordaz sobre la dieta de Donald Trump. “Lo que come es realmente malo”, dijo en el podcast de Joe Polish, atacando particularmente el menú ofrecido a bordo del avión del multimillonario republicano.
“La comida del campo siempre es mala, pero la comida que llega en el avión es un verdadero veneno”, afirmó. “No tienes elección, te damos KFC o Big Macs”.
Trump nunca ha ocultado su amor por la comida rápida y la Coca-Cola Light, e incluso se detuvo brevemente para trabajar en un McDonald’s en Pensilvania durante su campaña. “¡Me gusta la sal!” dijo en esta ocasión.