Tres buques de guerra rusos y un submarino de propulsión nuclear llegarán a La Habana “la próxima semana”, anunció el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba en un comunicado de prensa este jueves 6 de junio.
Ninguna amenaza para la región, asegura Cuba. Los buques de guerra rusos zarparán hacia La Habana y deberían llegar cerca de la isla caribeña “la próxima semana”, anunció el Ministerio de Asuntos Exteriores cubano en un comunicado transmitido por Reuters y Associated Press este jueves 6 de junio.
Este “destacamento naval” estará compuesto, en particular, por un submarino de propulsión nuclear, el “Kazan”, se lee en el comunicado, que precisa que se esperan otros tres barcos en el puerto de La Habana entre el miércoles 12 y el lunes 17 de junio.
“Esta visita se enmarca en las relaciones históricamente amistosas entre Cuba y la Federación Rusa y respeta estrictamente las normas internacionales de las que Cuba es parte”, afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores.
“Ninguno de estos barcos lleva armas nucleares”, continúa esta fuente. “Por tanto, su escala en nuestro país no supone ninguna amenaza para la región”.
Un aumento de las tensiones
El anuncio se produce cuando funcionarios estadounidenses dijeron esta semana, bajo condición de anonimato, que Rusia se estaba preparando para realizar ejercicios militares en el Caribe este verano.
El anuncio de la llegada de buques de guerra a Cuba se produce además menos de 48 horas después de una advertencia de Vladimir Putin contra Occidente. El presidente ruso, Vladimir Putin, amenazó este miércoles 5 de junio con entregar armas a terceros países que puedan atacar intereses occidentales, si Occidente permite que Ucrania ataque a Rusia con sus misiles de largo alcance.
“¿Por qué no deberíamos tener derecho a suministrar nuestras armas del mismo tipo en regiones del mundo donde las instalaciones sensibles de los países que actúan de esta manera contra Rusia serán atacadas”, preguntó Vladimir Putin durante una reunión con agencias de noticias. incluida la AFP.
En este mismo discurso, el presidente ruso también afirmó que su país no tenía “ambiciones imperiales” y no planeaba atacar a la OTAN, más de dos años después del inicio de la ofensiva contra Ucrania.
