Durante más de una década, el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, ha pedido la adopción de una “Constitución civil” que ponga fin a la de 1982, resultado del golpe militar de 1980. Aunque la mayoría de los partidos políticos turcos coinciden en la necesidad de una nueva Ley Fundamental, su identidad y contenido aún dan lugar a debates y controversias, las diferencias se refieren tanto a su contenido como a los mecanismos de su redacción.
Tras varios aplazamientos, la semana pasada se anunció el inicio oficial del proceso de consulta política con miras a redactar una nueva Constitución, tras unas elecciones municipales marcadas por un revés sin precedentes para el gobernante Partido Justicia y Desarrollo y un avance histórico de las fuerzas de la oposición. liderado por el Partido Popular Republicano.
Las consultas prevén la participación de los distintos partidos políticos representados en el Parlamento, con el objetivo de llegar a un consenso sobre el método de redacción y sobre los artículos del proyecto de Constitución.
Así, el presidente del Parlamento turco, Numan Kurtulmuş, miembro del Partido Justicia y Desarrollo, inició consultas con los partidos políticos con una visita al líder del Partido Popular Republicano, Özgür Özel, el martes 30 de abril.
Kurtulmuş y Özel discutieron los aspectos procesales de la reforma constitucional sin entrar en detalles sobre el contenido de sus artículos. En una declaración a los medios locales tras la reunión, Kurtulmuş destacó “la importancia del consenso y el acuerdo para lograr un proyecto común”, mientras que Özel insistió en “resolver las cuestiones críticas que sufren los turcos antes de redactar una nueva constitución”.
El Presidente del Parlamento prosiguió sus consultas a lo largo de la semana, reuniéndose con funcionarios del Partido Popular por la Igualdad y la Democracia (oposición, partidario de la minoría kurda) y el Partido del Bien (oposición, centroderecha), con debates centrados en aspectos de procedimiento y directrices que guiará el proceso de redacción de la constitución.
En declaraciones a la prensa tras estas reuniones, el Partido Popular por la Igualdad y la Democracia expresó su “cauteloso” apoyo al nuevo proyecto de Constitución, mientras que el copresidente del partido, Tülay Hatimoğulları, subrayó la necesidad de cambios, al tiempo que advirtió contra dejar que las conversaciones se conviertan en una “salvavidas para el gobierno”.
Por su parte, el presidente del Buen Partido, Müsavat Dervişoğlu, expresó la voluntad de su partido “de evaluar la propuesta de reforma constitucional, siempre que incluya una autocrítica sobre la transición de Turquía de un sistema parlamentario a un sistema presidencial ejecutivo”.
Los observadores turcos esperan que los partidos políticos presenten sus propuestas a finales del verano de 2024, para iniciar debates sobre el contenido de la nueva Constitución durante la próxima sesión legislativa, con el nombramiento de una comisión parlamentaria mixta para redactar el texto.
El presidente turco sigue abogando por una reforma constitucional. Durante su discurso en la apertura de la sesión parlamentaria del pasado mes de octubre, dijo que la nueva Constitución “ayudará a deshacerse del legado de los golpes militares”.
Y añadió: “Queremos una Constitución civil inclusiva y global, redactada por consenso y diálogo, digna del centenario de Turquía (en referencia al centenario de la declaración de la República Turca en 1923)”, destacando que “las circunstancias actuales, las condiciones de nuestro país propician, por primera vez, la elaboración de una Constitución dentro del marco normal del sistema democrático y su sometimiento a la aprobación de la nación.
La Constitución turca de 1982 fue redactada por el régimen resultante del golpe militar liderado por el Jefe de Estado Mayor, Kenan Evren, en 1980. Este texto fue objeto de cerca de veinte enmiendas a lo largo de los años, siendo la más notable la sustitución de la sistema parlamentario con un sistema presidencial ejecutivo en 2017.
El gobernante Partido Justicia y Desarrollo intentó adoptar una nueva constitución en 2007, pero fue rechazada por la oposición en ese momento. Para que se adopte una nueva constitución, al menos 400 parlamentarios (de 600) deben aprobar el proyecto de texto, o 360 parlamentarios deben convocar un referéndum sobre el proyecto.
En las elecciones legislativas de mayo de 2023, el Partido Justicia y Desarrollo obtuvo 268 escaños, frente a los 169 escaños del Partido Popular Republicano. Con su aliado, el Partido Movimiento Nacionalista, el partido gobernante tiene 323 escaños, menos del umbral necesario para organizar un referéndum o adoptar un proyecto de nueva Constitución.
MAPA / Youness Kraifa
