¡Depende de los padres asumir sus responsabilidades!

¡Depende de los padres asumir sus responsabilidades!
¡Depende de los padres asumir sus responsabilidades!
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Las pantallas para los jóvenes se han convertido en una cuestión política, en particular gracias al Partido Quebequense. Evidentemente, los estudios son claros: las pantallas son perjudiciales para el desarrollo de los jóvenes. Promueven el sedentarismo, perjudican la creatividad y crean dependencia si su uso no se controla.

Sin embargo, es imposible eliminar las pantallas de nuestra sociedad, porque están omnipresentes en todos los ámbitos de nuestra vida. Ya sea para comunicarnos, trabajar o aprender, las pantallas son fundamentales. Entonces, en lugar de limitarnos a hablar de los peligros de las pantallas, ¿no deberíamos enseñar a nuestros jóvenes a aprovecharlas de forma inteligente, en lugar de pasar mucho tiempo en las redes sociales?

Todo depende del uso.

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Leer en una tableta, utilizarla para aprender nuevas habilidades, descubrir una pasión, realizar actividades digitales enriquecedoras y educar a los niños sobre los peligros del ciberbullying, el cibercrimen y la ciberpedofilia son opciones a considerar. Las prohibiciones y prohibiciones rara vez son efectivas. La educación y la concientización son las claves del éxito a largo plazo, y esto es responsabilidad de los padres, no del gobierno.

¿Es demasiado pedir a los padres que cuiden a sus hijos, que supervisen amablemente lo que hacen, cuánto tiempo pasan frente a la pantalla y que confíen en ellos?

Bebidas gaseosas

Tomemos el ejemplo de los refrescos: hace unas décadas, los padres se los compraban a sus hijos sin hacer preguntas, casi de forma automática. Hoy en día, pocos padres permiten que sus hijos lo consuman, y quienes lo hacen públicamente suelen ser criticados. La sociedad ha entendido que estas bebidas no son saludables, especialmente para los niños, y los padres se han responsabilizado de la mayoría.

Novela – stock.adobe.com

Nadie necesitaba pedir a los padres que demostraran su edad en la caja para comprar estas bebidas, y el gobierno no tenía que legislar al respecto.

Cada vez que nuestros líderes interfieren en la educación de los niños, se deja de lado la responsabilidad de los padres. No, el Estado no tiene por qué prohibir el uso de pantallas, enseñar a los niños a cepillarse los dientes o fijar la edad para el uso de las redes sociales. El Estado debe respetar la patria potestad y fomentar la adopción de estilos de vida saludables.

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