El hundimiento de una embarcación de migrantes en la noche del lunes al martes frente a las costas de Yibuti dejó al menos 24 muertos y 20 desaparecidos, según un nuevo informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Esta tragedia es la segunda de este tipo registrada en dos semanas en las afueras de este pequeño país del Cuerno de África, un punto estratégico en la “ruta oriental” utilizada por los inmigrantes para llegar a la Península Arábiga desde África. El 8 de abril, al menos 38 de ellos, incluidos niños, murieron cuando su barco se hundió.
“Al menos 24 inmigrantes murieron y otros 20 están desaparecidos después de que el barco en el que viajaban se hundiera frente a la costa de Yibuti”, escribió la OIM en un comunicado publicado el miércoles por la tarde, confirmando que 33 de los 77 pasajeros fueron rescatados.
El embajador de Etiopía en Yibuti afirmó el martes que el barco transportaba etíopes.
Cada año, decenas de miles de migrantes, particularmente de Etiopía y Somalia, intentan llegar a Arabia Saudita y los países del Golfo a través de Yibuti.
La “ruta oriental”, considerada por la OIM como “una de las rutas migratorias más peligrosas y complejas de África y del mundo”, atraviesa en particular Yemen, país en guerra desde 2014.
“Sin embargo, muchos fracasan. Miles de personas están atrapadas en Yemen, donde viven en condiciones extremadamente difíciles”, explica la OIM, subrayando que el número de personas que intentan regresar a las costas africanas se ha disparado.
“Desde principios de 2024, (…) un total de 3.682 migrantes han abandonado Yemen para llegar a Yibuti”, lo que representa “más del doble que la cifra del año pasado para el mismo período”, detalla la agencia de la ONU.
“Este fuerte aumento se debe a los inmensos desafíos y dificultades en Yemen y para llegar al Reino de Arabia Saudita”, añade.
Además, la ONG Human Rights Watch acusó el pasado agosto a los guardias fronterizos saudíes de haber matado, en 2022 y 2023, a cientos de etíopes que intentaban entrar en Arabia Saudí, lo que Riad negó.
