¿Por qué el presidente estadounidense Joe Biden quiere visitar Angola antes de que finalice su mandato?

¿Por qué el presidente estadounidense Joe Biden quiere visitar Angola antes de que finalice su mandato?
¿Por qué el presidente estadounidense Joe Biden quiere visitar Angola antes de que finalice su mandato?
-

La elección de Angola para el primer viaje a África de la presidencia de Joe Biden demuestra la creciente influencia de este país petrolero, beneficiario de una de las mayores inversiones estadounidenses en infraestructuras en el continente, destinada a contrarrestar la influencia china.

Durante su visita a Angola del 13 al 15 de octubre, el presidente estadounidense –al final de su mandato– visitará este futuro proyecto: la rehabilitación de un ferrocarril que unirá el puerto angoleño de Lobito con la República Democrática del Congo (RDC) y la construcción de una sucursal en Zambia.

Los 1.300 kilómetros de vías de este “Corredor Lobito” transportarán recursos cruciales para la economía mundial –cobre y cobalto en particular– hasta la costa atlántica desde estos dos países, ricos en minerales pero sin litoral.

Joe Biden, al recibir en diciembre en la Casa Blanca a su homólogo angoleño, Joao Lourenço, calificó este proyecto –también apoyado por la Unión Europea– como “la mayor inversión estadounidense de todos los tiempos en el ferrocarril africano”.

Se inscribe en el marco del enfrentamiento geopolítico que enfrenta, en el continente, a Washington y sus aliados con China, que posee, entre otras inversiones, minas en la República Democrática del Congo y en Zambia.

Lea también: Joe Biden cuida de su homólogo keniano Ruto

“Para Washington, Angola es un ejemplo de país africano que se ha vuelto menos ideológico y está diversificando activamente sus relaciones, para estar menos expuesto a China y, en menor medida, a Rusia”, explica a la AFP Alex Vines, director de la Programa África en Chatham House.

“Washington también ve a Angola como una potencia media emergente en África”.

Acercamiento

Antigua colonia portuguesa, este país de habla portuguesa de 37 millones de habitantes es el segundo exportador de crudo africano, detrás de Nigeria, según cifras de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Angola, octava economía de África en términos de PIB según el FMI, sufre, sin embargo, de pobreza y un alto desempleo. Según el Banco Mundial, el 58% de los jóvenes angoleños estaban desempleados en 2023.

“Angola está diversificando sus asociaciones internacionales, pero también debe aumentar sus inversiones extranjeras directas”, subraya Vines. “El aumento de las inversiones estadounidenses en Angola es importante para Luanda como parte de esta estrategia”.

El acercamiento entre Washington y Luanda no es evidente.

Tras su independencia en 1975, Angola cayó en una guerra civil que duró 27 años, dejó 500.000 muertos y devastó el país.

En plena Guerra Fría, Estados Unidos apoyó activamente la rebelión de la Unita –apoyada también por el régimen del apartheid sudafricano– contra el joven gobierno del MPLA, marxista, apoyado por la Unión Soviética. El MPLA todavía gobierna el país hoy.

Ciertamente, Estados Unidos ha estado importando petróleo de Angola desde que reconoció al gobierno del MPLA en 1993, después de un proceso de paz que fracasó.

Lea también: Las principales economías africanas frente al dólar: las monedas que se desmoronan y las que resisten

Pero según Alex Vines, las relaciones entre Washington y Luanda se han mejorado considerablemente desde que Lourenço sucedió en 2017 al autócrata José Eduardo dos Santos, acusado de haber desviado, durante sus 38 años de reinado, los ingresos extraordinarios del petróleo en beneficio de su familia.

“Sin amigos, intereses”

Angola también pretende ejercer influencia a nivel regional, como lo demuestra su mediación en el conflicto entre Kinshasa y la rebelión del M23 –que se acusa a Kigali de apoyar– en el este de la República Democrática del Congo (RDC), que desencadenó una reciente alto el fuego.

La paz y la seguridad, pero también el fortalecimiento de la democracia, estarán en el menú de las discusiones del presidente estadounidense en Luanda, anunció la Casa Blanca, mientras grupos de derechos humanos y activistas de la oposición denuncian nuevas leyes que restringen las libertades de prensa y de manifestación.

Pero la prioridad sigue siendo el proyecto ferroviario, que Washington dice que planea extender hacia el este, hasta el Océano Índico, mientras que Beijing se comprometió en septiembre a rehabilitar Tazara, una línea ferroviaria inaugurada en 1976 que une Zambia con el puerto tanzano de Dar es Salaam.

“Estados Unidos quiere contrarrestar la creciente influencia de China en África, particularmente en el sur de África. Pero no hay garantía de que el proyecto del Corredor Lobito conduzca a un desarrollo sostenible que beneficie a los residentes”, subraya Cesaltina Abreu, socióloga de la Universidad Católica de Luanda.

Estados Unidos “no tiene amigos, sólo intereses”, advierte.

Para Heitor Carvalho, investigador de la Universidad Lusiada de Luanda, Angola debe “establecer relaciones equilibradas con todas las superpotencias y potencias, tanto sobre bases políticas como económicas”.

Par le360

30/09/2024 a las 6:57

-

PREV La OTAN cambia de líder, pero no hay revolución a la vista
NEXT la conmovedora carta de la primera víctima de Taha