Fue necesaria la muerte de Hassan Nasrallah para que muchos se dieran cuenta de repente de lo que había sido obvio durante varios días, particularmente con las explosiones de los buscapersonas: el gobierno israelí se había infiltrado completamente en Hezbollah. Este último lucha ahora por su supervivencia.
Después de Hezbollah, el próximo objetivo del ejército israelí podría ser Irán.
El ejército israelí destruyó gran parte de Hamás. Está en proceso de neutralizar a Hezbollah. Lógicamente, el siguiente paso sería derribar el régimen de Teherán y, en particular, impedir que finalice la construcción de un arsenal nuclear.
Hamás y Hezbolá representaban una grave amenaza militar para el Estado de Israel. Esto prácticamente ya no es así.
Es más, los libaneses, que generalmente odian a Hezbolá, pero que viven bajo el terror de este movimiento islamista, están bastante contentos de tener la oportunidad de deshacerse de este enemigo interno.
¿Lo lograrán? Esto está menos claro.
Esto se debe a que Hezbollah es una creación de Irán y hasta que el régimen iraní sea derrotado, sus líderes trabajarán para reconstruir Hezbollah.
Más recursos contra Irán
El ejército israelí ahora tiene más recursos disponibles para atacar a su principal enemigo: Irán.
Tanto es así que el gobierno iraní acaba de anunciar que el dictador supremo del país, el ayatolá Ali Jamenei, ha sido escondido en lugares seguros.
Una guerra contra Irán sería diferente de una guerra contra Hamás o Hezbolá. Esto se debe a que Irán es un país de 80 millones de habitantes que dispone de un ejército formidable.
Además, incluso con el apoyo de Estados Unidos, el objetivo de Israel hacia Irán seguramente no es tanto derrotar al país como derrocar su régimen.
Este objetivo puede estar más cerca de lo que parece.
La razón es sencilla. La economía iraní va muy mal y los iraníes están hartos de los dictados de los líderes religiosos.
Para decirlo más claramente, la población iraní está disgustada por el corrupto régimen religioso totalitario que han instaurado los mulás. Personas religiosas que se llenan los bolsillos, mientras el resto de la población se empobrece.
problema atómico evidente
Pese a todo, el régimen iraní está a punto de desplegar un arsenal nuclear.
Benjamín Netanyahu siempre ha declarado que nunca permitiría que Irán posea armas atómicas.
Con armas atómicas, el régimen iraní se volvería casi intocable, como el de Corea del Norte.
Por lo tanto, aprovechando sus victorias contra Hamás y contra Hezbolá, el gobierno israelí corre el riesgo de volverse hacia un nuevo objetivo: los sitios de producción de armas nucleares iraníes.
Si el ejército israelí atacara los sitios nucleares de Irán, la mayoría de los países del mundo acogerían con agrado ese ataque.
Sólo unas pocas dictaduras, como China, Rusia o Corea del Norte, protestarían enérgicamente.
