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Recientemente, los avances en materia de inflación parecían estancados o, en el peor de los casos, revertidos: un indicador muy seguido de los aumentos de precios subyacentes (un índice que excluye categorías altamente volátiles) no se había movido durante meses.
El miércoles se despegó.
La medición básica del Índice de Precios al Consumidor, que se sigue de cerca, se desaceleró por primera vez en meses, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales publicados el miércoles. Esa lectura, junto con algunos datos de inflación mayorista mejores de lo esperado recibidos el martes, estimularon el optimismo en los mercados.
Los futuros de las acciones estadounidenses se dispararon el miércoles por la mañana, cuando el informe del IPC impulsó las esperanzas de los operadores de que la Reserva Federal continuará su campaña de recortes de tasas este año. Los futuros del Dow Jones subieron más de 600 puntos. Los futuros del S&P subieron un 1,5% y los futuros del Nasdaq subieron un 1,8%.
En general, el Índice de Precios al Consumidor aumentó más de lo previsto, aumentando un 0,4% desde noviembre y saltando 0,2 puntos porcentuales hasta una tasa anual del 2,9%. Sin embargo, el aumento se debió en gran medida a los precios del gas y los alimentos.
Los precios de la energía, en particular los costos del gas y el combustible, representaron el 40% del aumento mensual general. Los precios de los alimentos también se mantuvieron elevados, ya que productos básicos como la carne y los huevos continuaron enfrentando presiones climáticas y de enfermedades, respectivamente.
Sin embargo, en el contexto de las medidas de inflación, la energía y los alimentos son dos de las categorías más volátiles y pueden exhibir oscilaciones bruscas debido a factores que se consideran de naturaleza única.
Excluyendo la energía y los alimentos, el indicador del IPC subyacente, seguido de cerca, se desaceleró por primera vez en meses, aumentando solo un 0,2% desde noviembre y cayendo al 3,2% después de permanecer estancado en el 3,3% desde septiembre de 2024.
El informe del miércoles marcó la lectura final del IPC para 2024 y la última antes de que el presidente Joe Biden entregue las llaves al presidente electo Donald Trump. Si bien las causas de este reciente ataque de inflación fueron multifacéticas y en gran medida relacionadas con la pandemia de Covid-19 y sus consecuencias, el fuerte aumento de los precios afectó duramente a los estadounidenses y demostró ser un factor crítico en las urnas.
Los economistas esperaban que la inflación aumentara un 0,3% desde noviembre y registrara un aumento anual del 2,8%, principalmente debido a las expectativas en torno al aumento de los precios de la energía y los alimentos.
El IPC mide los cambios de precios de los bienes y servicios comúnmente adquiridos.
Esta historia se está desarrollando y se actualizará.
