Caído de Giovanni Mpetshi Perricard, quince años menor que él, Gaël Monfils, de 38 años, quiere seguir luchando sin centrarse en su edad, aunque su cuerpo se encarga de recordarle que ya no es joven.
Invicto esta temporada, ganador de su 13º título ATP en Auckland hace tres días, Gaël Monfils volvió a la pista este martes para frenar el ascenso de la estrella en ascenso del tenis francés. El veterano francés perpetuó su leyenda como deportista extraordinario al dominar a su joven compatriota Giovanni Mpetshi Perricard en la lucha por su entrada al Abierto de Australia. Ganador en cinco sets (7-6, 6-3, 6-7, 6-7, 6-4), el indestructible Gaël Monfils desafía el tiempo a sus 38 años y supera los límites.
Prometido al alemán Daniel Altmaier en la siguiente ronda, el “Monf” no necesariamente quiere proyectarse más en el torneo. “Quiero seguir en esta dirección, dando lo mejor de mí, sin pensar en mi edad”, afirmó el parisino, con la lucidez de un anciano sabio.
“Tengo derecho a estar cansado”
“Quiero pelear sin centrarme en los números”, aseguró con su habitual flema, asegurando no sentir la más mínima presión. ¿Su edad? “Es sólo un número”. Sin embargo, el peso de los años en el circuito corre el riesgo de repercutir en el tiempo de recuperación entre partidos. Sobre todo porque la pelea fue encarnizada entre los dos jugadores, en un calor sofocante.
“Intento no pensar en ello, pero puedo decirles que mañana por la mañana tendré más 48 que 38”, admitió Gaël Monfils.
“Eso es lo gracioso, tienes la impresión de que es tan fácil que piensas que tengo 28 años”, se sorprendió. Pero no tengo 28 años, tengo 38. Estoy bien, tengo a mi pequeña conmigo, estoy feliz, tengo derecho a estar cansada, pero estoy luchando y me gusta. Estoy cansado. Intento superarme a mí mismo. Por supuesto que estoy cansado, pero chicos, voy a pelear, estoy entrenando para ello. Lamentablemente hubiera preferido tener 28 que 38, te lo aseguro”.