“Lo único que sabemos es que una vez más se nos pedirá que hagamos más con menos y que en el futuro habrá que tomar decisiones en detrimento del servicio a la población. La acción de este miércoles pretende ser sobre todo simbólica, es una manera de expresar públicamente nuestras preocupaciones. He lanzado el llamamiento a mis homólogos y estoy encantado de ver que nos han seguido, esto es un testimonio de un buen espíritu de cohesión entre nosotros”.
Por parte de Saint-Ghislain, no se trata de actuar solos y no unirse al movimiento. “Sentimos que era una buena idea, que era una oportunidad para demostrar que a nivel local nuestras preocupaciones también son serias”.añade Florence Monier (PS), alcaldesa de Saint-Ghislain. “También es una forma de dejar que el personal se exprese mientras la amenaza pesa sobre el servicio público. Era importante que nosotros, los políticos, apoyáramos este enfoque”.
Para los socialistas, la administración y la política deben estar unidas. “Al final todos estamos en el mismo barco porque antes de ser elegido o mandatario municipal, todos somos ciudadanos. Por tanto, determinadas medidas nos afectarán directa, directa o indirectamente. Es importante poder hablar con una sola voz, unirnos como uno solo para defender el interés general y colectivo.“Cabe señalar que Frameries no se unió al movimiento; como era de esperar, el color político en el poder era diferente al de los otros cuatro municipios de Boraine.