El brillante delantero reivindicó las llamativas decisiones de selección de su entrenador mientras los Red Devils protagonizaban una milagrosa remontada tardía en territorio enemigo.
Rubén Amorim afirmó el mes pasado que Pep Guardiola firmó un nuevo contrato con el Manchester City era “un problema para todos”, pero según la evidencia reciente, el portugués no tiene nada de qué preocuparse cuando se trata de su homólogo.
Antes del inicio, los aficionados del City rindieron homenaje a su asediado técnico con una enorme pancarta que llevaba el mensaje “Más que un entrenador”, pero al final del dramático derbi de Manchester era el nombre de Amorim el que resonaba en el Etihad Stadium.
El técnico portugués dejó huella al no incluir a Marcus Rashford y Alejandro Garnacho en la plantilla y su equipo también lo hizo sobre el terreno de juego, sin que ningún jugador destacara más que Amad Diallo, que casi en solitario dio la vuelta al partido. de cabeza, ganando el penal que permitió a Bruno Fernandes igualar y luego anotar el gol de la victoria menos de un minuto después.
Este fue un saqueo que trajo recuerdos de la remontada del United por 3-2 en el City con José Mourinho e incluso tuvo matices de su victoria más famosa, en la final de la Liga de Campeones de 1999 contra el Bayern de Múnich.
El primer gol de Josko Gvardiol generó más escrutinio sobre la lamentable defensa del United en jugadas a balón parado, pero en general fue una excelente exhibición de la línea de fondo de los Diablos Rojos, con Harry Maguire liderando el camino y debilitando a Erling Haaland. A Amorim todavía le queda mucho trabajo por hacer y será fascinante ver cómo responden Rashford y Garnacho al ser descartados para el partido más importante de todos.
Pero ahora mismo el portugués no es sólo el jefe del United, sino también el propio Manchester.
META analiza a los ganadores y perdedores del Etihad Stadium…
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