Más tarde, incluso Slot admitió que su equipo estaba “cerca” de la perfección.
“Al final, el resultado es lo más importante, pero la actuación fue estupenda”, le dijo a la BBC Match of the Day. “Si quieres ganar contra un equipo como el City tienes que ser bueno en cada aspecto del fútbol. Defensa alta, defensa baja, preparación, alto, bajo, todo. Te traen muchos desafíos.
“En cada partido quieres empezar de la mejor manera posible, pero nosotros empezamos como queríamos. Eso siempre ayuda porque si empiezas mal, los aficionados están en tu contra.
“Si empiezas así les da energía a los jugadores. Y también con el público detrás de ti eso también te da energía extra”.
No había duda de la emoción dentro de Anfield, que llegó a un frenesí por el asedio inicial del Liverpool que dejó al City visiblemente desconcertado por lo que los había golpeado.
En ese primer cuarto, el Liverpool disfrutó de un 61% de posesión y recibió siete tiros a ninguno del City. De hecho, al equipo de Guardiola le tomó 39 minutos lograr un intento de gol de cualquier tipo: su espera más larga para un tiro en un partido de la Premier League desde 2010.
Hasta ese momento había sido tráfico en un solo sentido, oleada tras oleada de ataques.
Tal fue la magnitud del dominio del Liverpool en la primera mitad que el goleador Gakpo tuvo tantos toques en el área rival, ocho, como todo el equipo del Manchester City combinado en la primera mitad.
Durante todo el partido, el Liverpool hizo que el City corriera más: el equipo de Guardiola recorrió 111,1 km frente a los 107,2 km de los anfitriones. Y ciertamente se sintió como si el City estuviera corriendo para quedarse quieto en lo que fue, en gran medida, una experiencia desgarradora en Anfield.
