Hubo muchos aplausos tras llegar a un acuerdo sobre un texto final, pero también mucha frustración y decepción. Fue típico de la gran división entre países ricos y pobres que ha quedado dolorosamente expuesta durante las últimas dos semanas. Fueron principalmente los países ricos los que tuvieron éxito.
Los países ricos sólo aportarán 300 mil millones de dólares por año al fondo climático para 2035. Este fondo debe ayudar a los países en desarrollo a hacer la transición a la energía verde y a prepararse contra las consecuencias del cambio climático, como ciclones más fuertes, largos períodos secos, intensas olas de calor o graves inundaciones.
Esta perturbación climática ya está pesando mucho sobre muchos países, con, por ejemplo, malas cosechas, erosión y un alto número de muertes en caso de inundaciones. Los países en desarrollo habían pedido 1,3 billones según un cálculo y una evaluación científica de la ONU.
Entonces será mucho menos, y hay un plazo de 10 años. Se aspirará a conseguir más en los próximos años, pero los 300.000 millones son la única garantía firme que está actualmente sobre el papel.
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