El gobierno talibán en Afganistán dijo el miércoles que esperaba “un nuevo capítulo” con la reelección de Donald Trump, quien firmó un acuerdo de paz con los talibanes durante su primer mandato como presidente de Estados Unidos.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Abdul Qahar Balkhi, dijo en X que esperaba “progresos tangibles en las relaciones” y que Kabul y Washington “pueden abrir un nuevo capítulo”.
En febrero de 2020, Estados Unidos, entonces presidido por el republicano Donald Trump, firmó en Qatar el acuerdo de Doha que abrió el camino a la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán. Y con el regreso, de paso, de los talibanes al poder, esta vez bajo el mandato del demócrata Joe Biden.
Tres años después, ningún país ha reconocido a las nuevas autoridades de Kabul.
Balkhi, sin embargo, no dejó de subrayar que el acuerdo de Doha había sido “firmado bajo la administración del presidente Donald Trump” y había “puesto fin a 20 años de ocupación”.
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Los republicanos estadounidenses han seguido criticando la caótica retirada estadounidense de Afganistán en 2021.
Desde la caída de los talibanes en 2001 hasta su regreso al poder en 2021, la República Islámica, un gobierno respaldado por Occidente, gobernó en Kabul. Este gobierno, devastado por la corrupción, había presidido la apertura del país al mundo y una expansión de las libertades personales, particularmente para las mujeres.
El lunes, Hamdullah Fitrat, portavoz adjunto del gobierno talibán, aseguró que quería “buenas relaciones con todos, incluido Estados Unidos”.
“Quien gane tendrá que elegir el camino político basado en las realidades de Afganistán”, añadió.
Los republicanos estadounidenses han seguido criticando la caótica retirada de los estadounidenses de Afganistán en 2021, especialmente sangrienta por un atentado suicida en el aeropuerto de Kabul que mató a 13 soldados estadounidenses. Trump también lo utilizó como argumento de campaña contra Kamala Harris, la vicepresidenta de Biden.
Joe Biden fue atacado periódicamente por continuar el proceso de retirada sin imponer condiciones a los talibanes, incluido un alto el fuego entre ellos y el gobierno de Kabul, finalmente derrocado.
Uno de los principales focos de discordia entre las autoridades talibanes y la comunidad internacional sigue siendo la cuestión de los derechos de las mujeres en Afganistán, donde la ONU dice que el gobierno talibán impone un “apartheid de género”.
“Los estadounidenses no están dispuestos a confiar el liderazgo de su gran país a una mujer”, afirmó el miércoles el jefe del Departamento de Información y Cultura de Kandahar, bastión histórico de los talibanes.
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