Detrás de escena de una visita con muchos desafíos diplomáticos y logísticos.

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El nuncio apostólico Celestino Migliori y el cardenal corso François Bustillo, en Ajaccio, 15 de noviembre de 2024. PASCAL POCHARD-CASABIANCA / AFP

Es más del mediodía de este jueves 21 de noviembre cuando François Bustillo entra en el patio del obispado de Ajaccio. Es el gran momento. Aquel en el que el cardenal finalmente deberá anunciar oficialmente la llegada del Papa Francisco a Córcega el domingo 15 de diciembre. Y luego no. “Este día es importante para nosotros.comienza ante la prensa local. Estamos hablando de la llegada del Papa. Puedo decirles que el proyecto está ahí. El Papa debería venir. » Siempre ese famoso condicional que acaba haciéndote sonreír. Siempre la misma cautela en los discursos oficiales, que rápidamente desaparece en las discusiones privadas. ¿Causa? “Algunos ajustes administrativos y diplomáticos”, advierte Mons. Bustillo. Estamos esperando la luz verde oficial del Vaticano y especialmente del Elíseo. Después de todo, el soberano pontífice sigue siendo jefe de Estado y se le debe enviar una invitación oficial de Francia.

Por tanto, fue necesario esperar hasta el sábado para que un comunicado de prensa del Vaticano confirmara oficialmente la cuestión. En su tercer viaje a Francia, después de Estrasburgo en 2014 y Marsella en 2023, Francisco irá a Córcega –una primicia histórica para la isla, que nunca ha recibido la visita de un Papa– para asistir a una conferencia sobre “religiosidad popular en el Mediterráneo”. El anuncio puso fin a varias semanas de suspenso, reuniones y llamadas telefónicas más o menos ocultas. Ahora llegan tres intensas semanas de preparación de lo que ya se perfila como un acontecimiento excepcional, esperado por toda la comunidad católica de Córcega.

Esta visita se había convertido en un secreto a voces. Una delegación del Vaticano, encabezada por el nuncio apostólico Celestino Migliore, visitó el lugar los días 14 y 15 de noviembre para evaluar la seguridad del lugar. Unas cuarenta personas, entre ellas miembros de los servicios estatales, de la diócesis de Ajaccio y del municipio, llevaron a cabo la exploración para elaborar las grandes líneas de un programa que fue transmitido al Vaticano el fin de semana pasado para su validación. El cardenal Bustillo, obispo de Ajaccio, estaba incluso dispuesto a hacer el gran anuncio el sábado, después de una misa en Bastia, pero su ardor ya había sido calmado por la agenda del Vaticano.

Se esperan 100.000 personas en Ajaccio

Los planes fueron finalmente validados el martes 19 de noviembre por los servicios de seguridad del Papa. El punto culminante de esta visita será el sitio de Casone, una explanada arbolada en Ajaccio, dominada por la estatua de Napoleón Bonaparte y con capacidad para unos 8.000 fieles, donde el Papa celebrará una misa al aire libre. Esta opción, por su significado simbólico, fue defendida con uñas y dientes por la ciudad, en particular por el primer diputado, Alexandre Farina, el “Sr. Venue du pope” del ayuntamiento.

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