Sorprendentemente, SpaceX logró capturar el propulsor Super Heavy en su primer intento el mes pasado, pero había margen de mejora. Por ejemplo, un trozo de metal de acero inoxidable de uno de los lomos del propulsor, o pequeñas protuberancias aerodinámicas, desprendidas del cohete durante su descenso.
“Las actualizaciones de hardware para este vuelo añaden redundancia adicional a los sistemas de propulsión del propulsor, aumentan la resistencia estructural en áreas clave y acortan el tiempo para descargar los propulsores del propulsor después de una captura exitosa”, dijo SpaceX. “Los diseñadores de la misión también actualizaron los controles de software y los criterios de compromiso para el lanzamiento y regreso del propulsor”.
En el espacio, Starship recorrerá aproximadamente un tercio de la vuelta al mundo antes de intentar volver a encender el motor Raptor a los 38 minutos de vuelo. Después de este breve encendido, la nave se reorientará para apuntar su escudo térmico hacia el flujo de plasma sobrecalentado para su reingreso.
El vuelo debería finalizar unos 65 minutos después del lanzamiento, cuando el barco maniobrará desde una orientación boca abajo a una posición vertical. Sus motores Raptor se encenderán una vez más para frenar y lograr un amerizaje controlado.
Un punto de inflexión para Starship
Esta misión de demostración, si tiene éxito, hará que el megacohete de SpaceX pase de ser un programa experimental en etapa inicial a algo más maduro. Este es el último vuelo de la versión de primera generación de Starship, conocida como V1, y se produce cinco semanas después del vuelo de prueba más reciente.
SpaceX busca volar naves espaciales hasta 25 veces el próximo año, por lo que reducir el tiempo de respuesta entre vuelos es fundamental para los planes de la compañía. Hacer que Starship sea capaz de realizar operaciones orbitales sostenidas—algo que el reencendido del motor en el espacio debería permitir—es un requisito previo para lanzar satélites Starlink o repostar naves espaciales en órbita.
El lanzamiento de Starlinks en Starships es importante para que SpaceX expanda su red global de banda ancha con satélites más grandes y potentes, demasiado grandes para caber en el cohete Falcon 9. Y el reabastecimiento de combustible en órbita es necesario para respaldar las ambiciones de la NASA y SpaceX de enviar naves espaciales a la Luna y Marte, primero con carga y luego con personas.
Starship V2, que debutará en el séptimo vuelo de prueba, tiene tanques de propulsor más grandes, un escudo térmico mejorado y aletas delanteras rediseñadas. Será un poco más alto que Starship V1.
El presidente electo Donald Trump, a quien el fundador de SpaceX, Elon Musk, apoyó en las elecciones de este año, planea viajar al sur de Texas para presenciar el lanzamiento del martes, según varios informes de medios que citan fuentes familiarizadas con la agenda de Trump.
En su discurso de victoria la noche de las elecciones, Trump abordó el tema de Starship durante varios minutos, recordando la experiencia de ver la primera captura del propulsor Super Heavy el mes pasado. “Fue algo hermoso de ver”, dijo Trump.
Ahora, Musk copreside el Departamento de Eficiencia Gubernamental de Trump, encargado de reducir el gasto público despilfarrador. Starship, entre otros programas de SpaceX, probablemente se convertirá en un gran ganador a medida que la administración Trump desarrolle su política espacial.