La tardía decisión de Joe Biden de permitir que Ucrania utilice misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos dentro de Rusia será aplaudida por Kiev y casi con certeza incitará al Reino Unido a hacer lo mismo.
Pero el sorprendente cambio en la política estadounidense -apenas unas semanas antes- Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos- también provocará furia y nuevas amenazas por parte de Moscú en un momento de creciente incertidumbre sobre el curso futuro de su guerra.
El presidente Vladímir Putin ha advertido a Occidente que estarían jugando con fuego si permitieran que las fuerzas ucranianas lanzaran misiles balísticos y de crucero suministrados por Occidente en Rusiadiciendo que incluso podría desencadenar un conflicto global.
Sin embargo, funcionarios británicos y estadounidenses han aconsejado repetidamente a sus respectivas capitales que no se dejen intimidar por el ruido de sables de Moscú.
La última guerra en Ucrania: Biden levanta la prohibición de atacar a Rusia
Sin embargo, ha habido dudas, particularmente en Washington, sobre el lanzamiento de misiles balísticos del Sistema de Misiles Tácticos del Ejército de EE.UU. (ATACMS) más allá de las fronteras de Ucrania.
Sin embargo, parece que la decisión de Corea del Norte de enviar miles de sus tropas a luchar contra Rusia ha cambiado los cálculos de Estados Unidos.
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Biden levanta la prohibición de los ataques contra Rusia
El New York Times, que fue uno de los medios de comunicación estadounidenses que dio la noticia sobre la decisión de la administración Biden sobre los misiles de largo alcance, informó que la primera vez que se utilizarán armas estadounidenses dentro de Rusia probablemente será contra las tropas rusas y norcoreanas que luchan contra una Incursión ucraniana en la región rusa de Kursk.
Si bien es un paso significativo en el apoyo a Ucrania, la capacidad de utilizar misiles estadounidenses de largo alcance dentro de Rusia no es un avance que gane la guerra.
Pero sí amplía la capacidad de Kiev para atacar importantes objetivos militares colocados deliberadamente por comandantes rusos muy lejos de la línea del frente. Esto incluye reservas de misiles, drones y otras municiones utilizadas para atacar a Ucrania.
Sin embargo, tan importante como el impacto militar es la señal política que la decisión de Estados Unidos envía al Kremlin sobre la voluntad de Washington de desafiar las advertencias rusas sobre consecuencias nefastas si Biden se atreve a conceder a Ucrania el permiso que ha estado buscando durante tanto tiempo.
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‘Los misiles hablarán por sí solos’
La dramática medida de Estados Unidos se produce después de meses de cabildeo por parte del líder de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy.
Un aspecto clave a observar ahora será cómo reaccionará Putin la primera vez que un misil estadounidense mate a soldados rusos en suelo ruso.
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Moscú no quiere una guerra directa con Estados Unidos y la OTAN -fuerzas con armas nucleares y una potencia de fuego combinada mucho mayor-, pero el Kremlin bien podría intensificar una ya intensificada campaña de sabotaje y otras formas de guerra híbrida en toda Europa.
Otra reacción importante a seguir será cómo responde Trump a la medida de Biden y si continúa otorgando este permiso a Ucrania una vez que asuma el cargo de comandante en jefe de Estados Unidos.
El presidente electo ha prometido poner fin rápidamente a la guerra de Rusia en Ucrania, pero no ha dicho cómo. Sin embargo, ha expresado una feroz oposición a que se sigan regalando grandes cantidades de armas estadounidenses al ejército ucraniano.
Quizás sea una razón para que Ucrania haga uso de sus nuevas libertades con misiles estadounidenses lo más rápido posible.