Claude Lelouch, 87 años y, con “Por fin” este miércoles en cines, 51 películas en cartelera. Una Palma de Oro y dos premios Oscar (“Un hombre y una mujer” en 1966-67). Numerosos actores en sus películas (de Lino Ventura a Johnny Hallyday, de Fanny Ardant a Elsa Zylberstein). Kad Merad, 60 años y una larga filmografía. Un César por uno de sus primeros papeles dramáticos (“Estoy bien, no te preocupes” en 2007). Y una multitud de directores para dirigirla (de Christophe Barratier a Dany Boon, de Pierre Jolivet a Danièle Thompson). Habían fracasado pero estos dos, sin embargo, nunca habían trabajado juntos.
Un dúo gracias al azar
Fue necesario un giro del destino para que finalmente se produjera el encuentro. Por tanto, será contar la historia de Lino. Un hombre que deja todo para salir al camino, para encontrarse con los demás y, en definitiva, con él mismo.
“Estaba pensando en mucha gente, en una película como esa era complicado encontrar al actor ideal”. dice Claude Lelouch, al margen de un preestreno en la Pathé Gare du Sud, en Niza. “Fue mi esposa quien, por casualidad, tomó un tren que llevaba a Kad. Me llamó y, apenas dijo el nombre, le dije ‘joder, es él’. Tenía la película en mi cabeza: Él canta, es músico, tiene un físico completo. Lo llamé y al día siguiente estaba en mi oficina. Fue un placer conocerlo para hablar de un tema así.
“Nunca me hubiera permitido decirle a Claude: sueño con filmar contigo. Se lo dije a su esposa, para mí era más fácil”. Por su parte, Kad Merad sonríe y disfruta contando la misma aventura al inicio del rodaje. “Cuando nos cruzamos con Claude Lelouch, nos decimos que vamos a hacer un cine diferente. Es otra manera de ser filmados, de ser dirigidos, de ser observados, de ser amados. cineasta pero muy sencillo, y con ojos de niño”continúa el actor.
Lino, héroe complejo
“De hecho, creo que soy el personaje correcto, explica Merad. Hice películas sobre ellos, tal vez a veces no debería haberlas hecho o no fue el encuentro adecuado… Allí conocí a un personaje real, encajaba bien”.
Este Lino, héroe de “Por fin”, que lleva al espectador un poco en barco, “slalom con vida”, resume Claude Lelouch. “Es un tipo que tiene en cuenta el mundo en el que vivimos, de todos modos. Tenía muchas ganas de hacer una película sobre este período que estamos atravesando. Un período increíble porque tenemos todas las herramientas para crear un mundo nuevo, pero también acelerar el fin del mundo. Ese fue el tema de la película, esperando que todos encuentren la solución correcta”.
“Nos preguntamos qué hace allí, qué diablos está haciendo. Al principio tenemos la impresión de que está loco. Es un personaje complejo”continúa Kad Merad. “Obviamente le tengo una mirada tierna. Empatía. Traté de hacerlo comprensivo a pesar de que defiende a personas indefendibles, deja a su familia, a sus hijos…”
La “suite” de clásicos
En esta película número 51, Claude Lelouch se divirtió con su filmografía. Explorando cada vez más los temas que le son queridos, por supuesto, sus contemporáneos, las mentalidades, el amor, los códigos sociales, pero girando aún más en torno al paso del tiempo y a lo que cada uno hace con él. Hizo películas e introdujo aquí y allá referencias a algunos de estos títulos que se han convertido en clásicos. “Quería, con esta película, terminar algunas de mis películas. ”La aventura. [c’est l’aventure]”, ”La Bonne Année”, ”Les Uns et les Autres”, empiezo a ver la línea de meta…desliza el director. Trabajo con un gran guionista llamado amor. Todas mis películas han sido inspiradas por el amor. A los personajes de mis películas los conocí en la calle, en algún lugar. Los diálogos, tengo la sensación de haberlos escuchado. (…) También hay un poco de Belmondo en ”Itinéraire [d’un enfant gâté]”. Estos son personajes que adoro. Esta gente que está en la calle. La primera vez que pensé en esta película fue cuando vi a esas personas que te encuentras en la calle y que hablan solas. Y que ya no tienen filtro. Dicen lo que piensan”.
Historia
No entendemos de inmediato quién es Lino (Kad Merad). No vamos a decir mucho al respecto, para no estropear el elemento sorpresa. Lo que podemos decir es que este hombre dejó todo, trabajo, esposa, hijos, celular, y decidió seguir adelante. Por el camino conoce gente más o menos amigable, les cuenta más o menos tonterías. Compra una trompeta. Y se va revelando poco a poco. Cruza su país, Francia, y nos sumergimos con él en pedazos de vida. A medida que avanza, Lino arma su propio rompecabezas y nos da el significado de la película.
nuestra opinión
Un reparto de cinco estrellas (Françoise Fabian, François Morel, Sandrine Bonnaire…) en torno a Kad Merad, que disfruta interpretando a un cineasta al que admira. Referencias muy originales a la filmografía de Claude Lelouch (Lino es hijo de los personajes de “La Bonne Année”, 1973), una preciosa banda sonora de Ibrahim Maalouf. Un soplo de aire a veces, cuando respiramos con este Lino que saborea su nueva libertad… Pero numerosos diálogos y escenas que nos dejaron perplejos, incluso francamente dudosos sobre la capacidad de Claude Lelouch para captar la esencia de la época. Particularmente en lo que respecta a las relaciones hombre-mujer. Es una pena.
Por Claude Lelouch (Francia). Con Kad Merad, Elsa Zylberstein, Barbara Pravi… Comedia dramática. 2:07 a.m.