Una prueba difícil que decidió no afrontar sola. Este miércoles 6 de noviembre fue un día muy especial para Iris Mittenaere: el juicio a su excompañero, Bruno Pelat. Se esperaba que la ex Miss Francia testificara ante el Tribunal Penal de París. Un testimonio imprescindible para la justicia, que hoy tuvo la tarea de juzgar al empresario por acusaciones de violencia doméstica contra la reina de belleza.
Iris Mittenaere llegó a la audiencia rodeada de las dos mujeres de su vida, su madre y su hermana. Gran apoyo para la modelo de 31 años, quien se presentó con el rostro cerrado dejando al descubierto su evidente dolor. Si su llegada parece claramente una dura prueba, su presencia ante el tribunal fue una elección de su parte. Inicialmente prevista para el 27 de septiembre, la sentencia fue aplazada a petición suya porque quería hablar in situ.
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Un aplazamiento solicitado por Iris Mittenaere en septiembre
Fue a raíz de una discusión ocurrida en su casa que la conductora de televisión decidió presentar una denuncia contra su exnovio. Este último fue juzgado muy rápidamente, sólo unos días después en comparecencia inmediata. Sin embargo, Iris Mittenaere admitió no sentirse “psicológicamente capaz de acudir a la audiencia” en ese momento. Ella, que quería testificar a toda costa el día D, había solicitado un aplazamiento ante la justicia.
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