Teniendo en cuenta los déficits que pesan sobre las finanzas públicas francesas, la sanción ha disminuido, pero sigue siendo ligera. Este viernes 11 de octubre, apenas veinticuatro horas después de la presentación del presupuesto del gobierno de Barnier, la agencia de calificación estadounidense Fitch decidió mantener la calificación de Francia en “AA-” pero “con perspectiva negativa”, frente a una “perspectiva estable”. previamente. Una depreciación que puede hacer subir los tipos de interés a los que Francia se endeuda en los mercados financieros.
“Los riesgos de política fiscal han aumentado desde nuestra última revisión”, explica Fitch, cuya última nota publicada sobre Francia se remonta a abril. “El deslizamiento presupuestario previsto para este año coloca a Francia en una situación más desfavorable, y ahora esperamos mayores déficits presupuestarios, lo que conducirá a un fuerte aumento de la deuda pública hasta alcanzar el 118,5% del PIB en 2028”especifica Fitch. Una caída en la apreciación que ha tenido el gobierno “tomado nota” Viernes por la tarde.
Junto con Moody’s y S&P Global, Fitch es una de las “Tres Grandes”, las tres agencias de calificación más grandes del mundo. Su función es evaluar la salud financiera de otra empresa o entidad pública, pero sobre todo su capacidad para pagar una deuda.
Durante su última evaluación de las finanzas francesas en abril –un statu quo– la agencia de calificación ya había advertido de un riesgo a la baja en caso de “aumento significativo y persistente de la deuda […] como resultado de déficits públicos mayores de lo esperado. Y precisamente Francia había hecho revisiones brutales de su previsión de déficit para 2024, pasando del 4,4% a finales de 2023 al 5,1% en abril, para alcanzar finalmente un máximo del 6,1% del PIB.
Una rebaja generalmente tiene el efecto de aumentar las tasas de endeudamiento de los inversores. La tasa a diez años, una referencia para las comparaciones internacionales, ya es más alta para Francia que la de España y Portugal, países que antes se sabía que gastaban más. Este aumento de los precios aumenta entonces la carga de la deuda, hoy la segunda partida presupuestaria francesa.
Pero la cuestión del atractivo de la deuda francesa no surge hoy: el último préstamo a largo plazo de 12 mil millones de euros a principios de octubre resultó en una demanda de los inversores significativamente mayor que las necesidades francesas. Además, la diferencia entre la tasa de endeudamiento en Francia y Alemania, un país considerado el más seguro de la zona del euro, sigue en un nivel que se considera poco preocupante.
Después de Fitch, la agencia de calificación Moody’s, que sitúa a Francia por encima de sus pares, dará su diagnóstico sobre la economía francesa el 25 de octubre, antes que S&P Global el 29 de noviembre.