París 1952, Niki se traslada a Francia con su marido y su hija, lejos de una América y una familia asfixiantes. Pero a pesar de la distancia, Niki se ve sacudida periódicamente por recuerdos de su infancia que invaden sus pensamientos. Del infierno que descubrirá, Niki encontrará en el arte un arma para liberarse.
Niki de Saint Phalle, una de las primeras ecofeministas, construyó una obra comprometida y feminista al plasmar su vida y sus ideas en su arte. La artista nació el 29 de octubre de 1930 en Neuilly-sur-Seine, un año después de que su familia abandonara Estados Unidos. Trabajó como modelo para Vogue, Life Magazine y Elle antes de casarse con el escritor Harry Mathews con quien tuvo dos hijos. Traumatizada por un padre abusivo durante su juventud, sufrió una crisis nerviosa. Fue en un hospital psiquiátrico de Niza donde empezó a pintar. En 1956 conoció en París a Jean Tinguely, quien se convirtió en su marido. Este último crea máquinas que cuestionan el saber hacer y la relación del artista con la técnica. Él le presenta a Pierre Restany, Yves Klein, César, Arman y los demás miembros del grupo Nuevos Realistas al que se une. Niki de Saint Phalle decidió entonces utilizar el arte como terapia pero también para defender la causa de la mujer y empezar a concienciar sobre las consecuencias de las actividades del hombre en la naturaleza mucho antes de que se abordara el problema ecológico. Niki de Saint Phalle es conocida por su serie de Disparos (conjunto de pinturas performance en las que inserta diversos objetos en yeso y desliza bolsas de pinturas de colores que perfora disparando balas) así como sus esculturas Piña en resina y papeles encolados.
Sorprende que el cine aún no haya dedicado una película a Niki de Saint Phalle. Ya está hecho con nikiel primer largometraje de Céline Salette. Más conocida por sus papeles cinematográficos, la neodirectora debutó en 2006 en María Antonieta de Sofía Coppola. Luego filmó con grandes directores franceses como Bertrand Bonello en L’Appolonides: Memoria del burdel (por la que fue nominada en la categoría de mejor aspirante femenina en 2012), Jacques Audiard en De óxido y hueso (2012), Gustave Kervern y Benoît Delépine en San Amour (2016), o André Téchiné en Nuestros locos años veinte (2017). En nikies Charlotte la Buena quien presta sus rasgos al artista, mientras que John Robinson interpreta el papel de Harry Mathew y Damien Bonnard el de Jean Tinguely.