El propietario del barco apoya la pista del acto terrorista.
El misterio sigue sin resolverse desde el 23 de diciembre, cuando el carguero ruso Ursa Major se hundió en el Mediterráneo, frente a la ciudad española de Cartagena, tras sufrir tres explosiones. Oficialmente, el carguero Ursa Major había zarpado de San Petersburgo hacia Vladivostok “para entregar grúas ‘especializadas’ y tapas de escotilla para los rompehielos”.
El miércoles 25 de diciembre, la agencia oficial de noticias Tass, citando al servicio de prensa de Oboronlogistika, el propietario, habló de “un ataque terrorista”.
Esta empresa sería, según la diplomacia estadounidense, “el único proveedor del Ministerio de Defensa ruso para el transporte de tropas y armas a determinadas regiones de Rusia”. El Ursa Major y otro barco, el Sparta, habrían estado involucrados en el “Syrian Express”, una ruta de suministro para las fuerzas rusas en Siria.
Un agujero que mide “50 centímetros por 50 centímetros”
Portavoces de Oboronlogistika informaron el jueves 26 de diciembre que la tripulación había descubierto un agujero de “50 centímetros por 50 centímetros” en el casco durante la primera inspección de emergencia realizada después de las tres explosiones. Este agujero estaría entre “15 y 30 centímetros por encima de la línea de flotación”, informa el diario español El Correo, citando al periódico Gazeta.
Este último precisa que los bordes del agujero se rasgaron hacia el interior, dejando fragmentos de casco en la cubierta principal, lo que daría lugar a la teoría según la cual se produjo una explosión desde el exterior hacia el interior del barco.
Oboronlogistika afirmó que las tres explosiones en la Osa Mayor se produjeron consecutivamente a las 12:50 horas del lunes 23 de diciembre, en el lado de estribor más cercano a la popa. Esto provocó que el barco se volcara y perdiera agua, lo que finalmente lo hundió diez horas después.
Ninguna “mención de agresión alguna” según el Ministerio del Interior español
Medios del grupo Prensa Ibérica (entre ellos El Periódico y el Diari de Girona), citando fuentes del Ministerio del Interior, afirman sin embargo que “nada en el informe de salvamento marítimo apoya la teoría de un ataque terrorista contra el cargamento”. La Armada española precisa que “tampoco se menciona agresión alguna en el informe del patrullero clase Serviola, enviado para seguir a la delegación rusa en su cruce por aguas españolas”.
El carguero ruso habría sido víctima de una “fuga incontrolable bajo la línea de flotación en la popa de estribor”, según un informe español que asegura que corresponde a Moscú “aclarar si esto se produjo después de una, dos o tres explosiones en o cerca de la sala de máquinas.
El barco averiado se encuentra actualmente en el fondo del mar, a una profundidad de 2.500 metros.