Aquí está la película que tanto emociona a los estadounidenses, hasta el punto de que Nicole Kidman ocupa un lugar destacado en la lista de nominaciones a la mejor actriz en las distintas ceremonias cinematográficas (sin éxito hasta ahora, excepto en el Festival de Cine de Venecia en septiembre pasado). Tanto es así que los críticos locales calificaron a “Babygirl” de “emocionante, sexy y atrevida” o “estimulante”. No estoy seguro de que el público francés sea tan sensible a las pobres obsesiones eróticas, nacidas de mentes formadas en el puritanismo, que se desarrollan en la película.
“Babygirl” pinta el retrato de Romy, la gran jefa de una empresa moderna, casada con un chico guapo (Antonio Banderas), madre de dos hijas y realizada tanto en su profesión como en su hogar. Hasta el día en que uno de los nuevos becarios de su empresa, el joven y atractivo Samuel (Harris Dickinson, visto en “Sin filtro” o “Un asesinato en el fin del mundo”…), coquetea frontalmente con ella, sugiriéndole que su sexualidad sólo tiende a mejorar y que, por muy dominante que sea, sólo experimentará placer aceptando ser dominada.
Después de un débil período de resistencia, Romy entablará una relación traviesa con el joven formado por cinco o siete salvajes. Sesiones de sexo en las que Samuel someterá a su jefa a todas sus fantasías de dominación, y que la introducirán en el orgasmo.
Y… eso es todo, aparte de un sospechoso episodio de intercambio muscular entre los amantes y el marido de Romy, y una conclusión “feliz”: gracias a Samuel, que se ha ido lejos hacia otras aventuras, Romy, que ahora se atreve a pedirle a su marido que ¡Entrégala, finalmente es feliz en la cama!
Una acumulación de fantasías hipermasculinas pasadas de moda.
Consternados por tan fantasmagórica pobreza, primero nos preguntamos si la guionista y directora de la película ha oído hablar alguna vez del fenómeno #Metoo o si estuvo viajando a otra galaxia en los últimos años. Porque tuvimos que atrevernos a imponernos tal acumulación de fantasías hipermasculinas anticuadas, anticuadas y fuera de lugar: aquí estamos navegando entre los ultraricos que están descubriendo los encantos de la dominación en 2025: ¡pero qué miseria sexual pasada de moda!
Sin detenerse ante nada, el cineasta carga el barco en el lado de la sumisión: “Yo ordeno, tú obedeces”, le dice secamente Samuel a Romy, antes de obligarla a lamer leche, arrodillada y desnuda, en un plato, en definitiva para hacer de gatita. – creemos que estamos soñando. Es vergonzoso y malo, como una vieja película erótica para televisión de domingo por la noche en M6, e interpretada con venganza por una rígida Kidman, como si se sintiera incómoda teniendo que representar escenas de tan lujuriosa mediocridad.
Cuando pensamos en su muy buena actuación a principios del año pasado en la serie “Expats” de Prime Video, nos decimos que la perdimos, Nicole, en esta “Babygirl” que tanto entusiasma a los anglosajones pero que sin duda resultar angustioso para muchos europeos…
Thriller erótico de Halina Reijn, con Nicole Kidman, Harris Dickinson, Antonio Banderas… 1h54.