¡“Le Bigdil” ha regresado a RMC Story! Esta semana, el programa de culto presentado por Vincent Lagaf’ deja su huella en su nueva franja horaria de los viernes por la noche. Un cambio de programación que sigue a un retorno contundente que superó todas las expectativas. Con 2,3 millones de espectadores en D+7 y 547.000 espectadores adicionales en repetición, el programa logró el mayor avance en la historia de TNT. Un éxito que desafía a los más escépticos y confirma el apego del público a este entretenimiento legendario de los años 2000.
Para este segundo espectáculo, el presentador hizo una entrada notable junto a un saxofonista, antes de iniciar un baile salvaje con sus fieles gafettes, Fanny Veyrac y Nadia Anebri. Entre los candidatos de la jornada, destacó especialmente Émilie. Fanática desde el principio, no pudo contener la emoción al ver el programa que veía cuando era niña: “¡Yo estaba entre el público cuando tenía 10 años!”. exclamó antes de arrojarse a los brazos del anfitrión, con su animal de peluche Bill aferrado a ella. Su energía desbordante también llevó a Vincent Lagaf’ a bromear con su marido: “¿Siempre es así en casa?”, antes de añadir: “¡Llega un punto en el que tenemos que dejar de cambiarle las pilas!”. La candidata participó brillantemente en la “Prueba a ciegas”, donde tuvo que reconocer cuatro canciones interpretadas por el saxofonista Thoj. Su actuación le permitió llevarse un televisor tras probar suerte con el “dil”.
Pero fueron otros dos candidatos los que hicieron reaccionar especialmente a los espectadores: Maureen y Antoine, una pareja de influencers tatuados de pies a cabeza, que destacaron en la prueba “La Column des Gifts”. Su participación y éxito en el evento, que les permitió ganar una moto, no dejó de provocar reacciones en las redes sociales.
“¿De dónde vino este casting?”
En X, la presencia de esta pareja de influencers no pasa desapercibida y suscita fuertes reacciones. La semana pasada, el programa ya había dado la bienvenida a Adrien, un candidato que también era influencer. Los internautas temen que el programa pierda su autenticidad con la participación de creadores de contenidos ya conocidos. “A los ‘creadores de contenidos’ que tienen 400.000 seguidores y miles de millones de visitas, que vienen a Bigdil para ganar un scooter de 200 euros, nos toman por idiotas”, protesta un internauta.
Otros tuiteros comparten esta preocupación: “El casting… ¡mierda! Cayó en manos de los influencers y no de los más talentosos. Lo que hizo la belleza de Bigdil fue también el anonimato de los participantes. Eso parece corporativismo”. Un sentimiento ampliamente compartido en la red social, donde algunos advierten a la producción: “Si nos comemos al influencer en cada episodio rápidamente se volverá molesto, es un programa hermoso pero lo quemarás rápidamente si no cambias de táctica”.