“¡Bip-bip!” ¡Más de veinte años después de su última emisión en TF1, “Le Bigdil” renace de sus cenizas en RMC Story! Vincent Lagaf’, figura emblemática del espectáculo francés y ex presentador de “Juste Prix”, regresa al plató que lo hizo famoso a finales de los años 90. Un regreso que suscitó un verdadero entusiasmo con más de 17.000 solicitudes recibidas desde el anuncio del concurso. proyecto.
La vuelta promete ser espectacular desde los primeros minutos. En una cuidada puesta en escena, el presentador entra en la oscuridad, equipado con una simple linterna. Descubre una audiencia dormida y el barco de Bill escondido bajo una lona. Un simple clic en su mando a distancia, cuidadosamente conservado durante veinte años, basta para despertar la magia. El conmovedor reencuentro con Bill, el alienígena azul, precede al famoso truco: “¡Bip-bip!” de Vincent Lagaf’ que marca oficialmente el regreso del espectáculo. La emoción es palpable en el presentador, con los ojos llorosos, visiblemente conmovido por este “derramamiento de amistad y de amor” que confiesa en las columnas de Ouest-France.
La producción (¡Ah! Producción) quería mantenerse lo más cerca posible de la fórmula original. Casi nada ha cambiado, el escenario es idéntico, al igual que los créditos, que sólo han sido ligeramente remezclados. Bill, todavía animado por la voz de Gilles Vautier, regresa con su famoso telón pero también con algunas novedades: un diseño más redondeado y con un teléfono móvil. Dos “gafettes” históricas, Nadia Anebri y Fanny Veyrac, también acompañan a la conductora en esta nueva aventura.
Para este estreno, es Adrien, de 26 años, quien inaugura el espectáculo, provocando un comentario divertido del presentador: “Aquí voy a ser el favorito de todos”. El joven se enfrenta a la formidable centrífuga, esta prueba legendaria en la que el candidato, sacudido en todas direcciones, debe memorizar imágenes. Su victoria le permite acceder al “dil final”, una regla histórica del espectáculo donde los candidatos se clasifican según sus ganancias, del más importante al menos. Sólo los ganadores de un evento podrán participar y canjear su premio. Un momento decisivo para Adrien que, tras ganar desgraciadamente un sencillo juego de cartas valorado en 12 euros al inicio del espectáculo, ¡finalmente se marcha con un coche!
El programa, ahora semanal, se emite todos los jueves en horario de máxima audiencia hasta las 22:45 horas. “¡Es como si estuviera haciendo un espectáculo unipersonal durante 7 horas cada día! Porque “Bigdil” no es un espectáculo, es un espectáculo”, subraya el presentador de 65 años en Ouest -France. Y con razón: decorados rotos, chistes verdes, llegada en coche a toda velocidad al plató, destrucción del hormigón con martillos neumáticos… El espectáculo es total. Una vuelta a lo básico que ya está causando sensación en las redes sociales.
“Este espectáculo es pura alegría”
¡Un regreso exitoso en el tiempo! El entusiasmo de los internautas es inmediato. En X se multiplican los mensajes nostálgicos y entusiastas. “Estoy asombrado, siento que vuelvo a mi adolescencia. Estoy muy feliz de volver a ver a Bigdil”, se entusiasma un tuitero. Un regreso en el tiempo que sienta bien y que es ampliamente compartido: “El regreso de Bigdil me sienta tan bien, me siento como si estuviera en 1998. La vieja sensación la siento aquí”, se puede leer.
La nostalgia se está apoderando de todas las redes sociales: “Nos remontamos a 20 años atrás, me recuerda a las veladas familiares cuando era niña, ¡la loca experiencia de vivir eso!”. Un sentimiento confirmado por otros mensajes: “Es algo ver este programa de nuevo, ¡nada ha cambiado! Pensar que tenía el peluche de Bill cuando era pequeña”. Pocas veces el regreso de un antiguo programa de televisión ha provocado tal reacción; esta reposición de “Bigdil” parece haber tocado el corazón de esta generación de niños de ayer que se han convertido en los adultos de hoy.
En medio de esta ola de emoción, la velada termina con una nota particularmente conmovedora. Vincent Lagaf’, abrumado por la emoción, rinde un vibrante homenaje a cuatro antiguos colaboradores fallecidos que marcaron su carrera. Con lágrimas en los ojos, el presentador comparte este momento de contemplación con el público, recordando que Bigdil es mucho más que un simple programa de entretenimiento. Un momento de sinceridad que corona este esperado regreso que parece haber tocado el corazón de toda una generación de espectadores.