Conocido por su inolvidable papel de François Pignon en la legendaria película. La cena de los idiotas.Jacques Vileret murió a la edad de 53 años en 2005. Dejó atrás a su hijo, al que había adoptado, Alexandre Villeret. Este último es hijo de su pareja, la actriz Irini Tarassov.
Casi 20 años después de la muerte de su padre, el hombre que siempre se ha mostrado muy discreto ante los medios concedió una entrevista a nuestros compañeros de Gala este jueves 14 de noviembre, con motivo de la publicación de un libro que revela una versión de la obra. Cena para idiotas anotado y comentado por el actor. Durante la entrevista, Alexandre Villeret menciona especialmente el legado de su célebre padre.
“Me borré”
Al igual que la familia Hallyday o Belmondo, la familia Villeret también se ha enfrentado a disputas por la sucesión del actor. “No me importó tanto que me borré por completo“comentó entonces su hijo.
“Siempre me negué a expresarme o participar en programas que me invitaran a hablar del tema. Hoy evoco la memoria de mi padre porque Quiero mostrar su trabajo como actor sobre todo.“continuó Alexandre Villeret. “Heredé los momentos que pasé con él, su educación, todo lo que fue. Tuve suerte de ser criada y amada por este hombre. Pero lo que me entristece es su ausencia, el hecho de que no vio crecer a mis hijos, Nikita y Lola. Y Lamento no poder convertirlo en una película.. Con este libro, hago realidad el sueño de un proyecto de dos personas.”declaró.
Jacques Villeret: “muy familiar”
Posteriormente, ¿el hijo de Jacques Villeret habló sobre la educación que le dio su padre? “Me dio una educación clásica. Aprendí el respeto, a decir ‘hola’, ‘gracias’, ‘adiós’. Él también era protector, tenía miedo de todo. Así que no me permitieron salir por miedo a que me secuestraran”.reveló.
Padre e hijo eran muy unidos a pesar de la apretada agenda del actor. “Lo acompañé mucho al teatro, a los ensayos y a las funciones. Vivíamos según nuestro horario. Trabajaba mucho pero era muy familiar. Pasamos los fines de semana en nuestra casa de campo en Normandía. Le gustaba desconectarse de todo y descansar. Jugábamos al tenis, íbamos a pescar”concluyó evocando sus recuerdos de infancia.