Una inmersión llena de acontecimientos en el corazón del GIGN con Guillaume Canet envuelto en un escándalo diplomático, hacemos balance de “Ad Vitam”. Disponible en Netflix desde el 10 de enero.
Un destacado escalador, siguiendo los pasos de su fallecido padre, Frank (Guillaume Canet) dedicó su vida al Grupo de Intervención de Gendarmería Nacional, el famoso GIGN. Una vez obtenido su diploma, también se convierte en tutor y pasa días felices con su compañero Leo (Stéphane Caillard), embarazada, y disfruta de la fraternidad de su división. Pero después de que una intervención sale mal, Frank pierde a un compañero de equipo. Pronto, su esposa es tomada como rehén y se encuentra en el centro de un tormentoso asunto estatal.
“Soy una de las personas que se ha visto muy afectada en los últimos años, durante situaciones de atentados terroristas, de esta generación impresionada por las imágenes del aeropuerto de Marignane, donde vemos a los chicos del GIGN caer de la cesta, que vuelve a subir. Estaba asombrado por estos tipos (…)”. En conversación con Gendinfo, Guillaume Canet (actor principal y coguionista) no oculta su entusiasmo por la dedicación de este cuerpo de élite de la gendarmería nacional.
Stéphane Caillard y Alexis Manenti ofreciendo “Ad Vitam”
© Christophe Brachet/Netflix
De esta admiración surge un resultado creíble, según Ghislain Rétyncomandante del grupo, a quien recurrieron los equipos. “Ad Vitam” habla de la filiación, del mal humor del soldado, de la lealtad a Francia, a menudo en detrimento de la buena salud familiar. Llena de buen humor y camaradería, la película Rodolfo Lauga pretende rehumanizar a estos soldados de infantería que sólo existen detrás de la visera ahumada del casco.
Tras “Carry-On” (estrenada en Netflix en 2024), o incluso “Top Gun”, “Ad Vitam” oscila entre un escaparate de reclutamiento en el GIGN y persecuciones al estilo “Taken”. Un objeto sorprendente que, tras haber empujado la testosterona y la fraternidad masculina en su primera parte, torpedea desde el principio sus posibles cualidades narrativas. Sin duda existía el deseo de hacer una película musculosa como “Atomic Blond” de David Leitch (un nuevo punto de referencia en coordinación de acrobacias), pero aún así habría sido necesario trabajar en el ángulo del escenario para crear el evento. Sin embargo, queda intacto el placer de encontrar Zita Hanrot, Alexis Manenti, Nassim Lyes o incluso flamenco Johan Heldenbergh.
Disponible en Netflix desde el 10 de enero.