En Quimper, el festival L’Irréducible ha “superado un hito”

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Todo sucedió muy rápido. El año pasado nos sorprendieron creando un festival de la A a la Z en seis meses. Este año nos sorprendieron ampliándose con la instalación de un segundo escenario y aumentando la recepción de público a casi la mitad. “Hace quince meses no sabíamos nada de nada. Como suelo decir, habrá un antes y un después en esta edición”, recordó Benjamin Bozec, copresidente del festival L’Irréducible, en Quimper, que ahora llama a la puerta de “las grandes ligas”.

A medida que se acercaba el final de la segunda edición del festival instalado en la llanura de Kerourien, del 28 al 30 de junio, los organizadores lucían una gran sonrisa, incluso “si me duelen las patas”, confió Mathieu Gourmelen, el presidente. Y tenían motivos para estar felices. “En tres días llegaremos entre 13.000 y 13.500 asistentes al festival”, continúa Benjamín Bozec. Esto supone más de 4.000 entradas adicionales respecto a 2023.

Un público familiar y respetuoso

“La respuesta es enorme”, añadió Mathieu Gourmelen después de tres días de furiosa locura. “Hemos alcanzado un hito. Hemos subido un nivel”, añadió. Pero detrás de esta autosatisfacción se esconde una verdad. Bastó hablar con los asistentes al festival presentes en el lugar para darse cuenta: “una organización fluida”, “acceso simple” y “voluntarios que nos cuidan”.

El domingo 30 de junio, en el escenario principal del festival L’Irréducible, el colectivo BRETONS ofreció un espectáculo espectacular inspirado en la música bretona, irlandesa y escocesa. Energía desbordante. (Le Télégramme/Benjamin Pontis)

Casi sin esperas para recargar tu pulsera en el banco o para comer y beber en la Taberna, la gran novedad de la edición de 2024 ¿Y el público? Familias y amigos. Asistentes al festival “muy limpios”. Muy respetuoso. Apenas teníamos que limpiar. Es realmente fantástico”, afirmó uno de los aproximadamente 400 voluntarios.

Hermosas sorpresas y el show de Cali

En cuanto a la programación musical, en ambos escenarios no nos sorprendió la energía desbordante de Elmer Food Beat, Trois Fromages, Red Cardell, Lodgerz o incluso Komodrag & The Mounodor. Por otro lado, nos sorprendieron gratamente grandes descubrimientos como los Bigoudens de Spreaders, los rockeros de Onde de Shock y la magnífica actuación escénica de Hart & Dolls, con la drag queen Britany Hart, durante el concierto de DJ Kutt.

Un espectáculo que seguirá siendo un plato fuerte de esta segunda edición. Como el concierto de Soldat Louis y la conmovedora actuación de los niños del Moulin-Vert en el gran escenario con Cali. Este último, que celebró su 56 cumpleaños en Quimper, ofreció probablemente el espectáculo más loco de los tres días del festival, pasando largos ratos entre los asistentes.

Pequeño inconveniente. Si el nuevo Chap’Electro fue un gran éxito para los amantes de la música electrónica, algunos asistentes al festival (y artistas) lamentaron un poco una cierta cacofonía en el lugar durante la noche del viernes, especialmente hacia el final y el concierto de Cali. Pero, francamente, nada tan malo, ya que el problema fue resuelto rápidamente por los organizadores que ya están trabajando en la tercera edición.

Con su sentido humor, el rockero de Nantes Dïe Morg, acompañado únicamente de su guitarra en el escenario del festival L’Irréducible, puso un bonito toque festivo, el domingo 30 de junio, en una fiesta que ya no faltaba. (Le Télégramme/Benjamin Pontis)

Hora de la edición de 2025

“Estamos eternamente insatisfechos. Hay muchos aspectos que mejorar”, prosigue Mathieu Gourmelen, recordando que la junta directiva del festival pronto se ampliará. “Seguiremos profesionalizándonos tanto como sea posible”, añadió Benjamin Bozec. Y por “profesionalizarse” se entiende sobre todo “mejorar la experiencia del asistente al festival”. Queremos que L’Irréducible sea un evento unificador en torno a la cultura”, continuaron los organizadores, indicando que Jahiner y el grupo Eiffel formarán parte del programa 2025 en un lugar que será ligeramente rediseñado, especialmente en el aspecto decorativo. “Queremos que esto se convierta en un pueblo galo”, anuncian. ¿La última palabra? Es simple: “Gracias”.

“Ron, mujeres y cerveza, por el amor de Dios”. Domingo 30 de junio no hubo foto. El grupo de rock bretón Soldat Louis fue claramente la punta de lanza de la última velada del festival L’Irréducible. (Vincent Le Guern / Le Télégramme)

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