En este largometraje de 85 minutos, Mohamed Khouyi interpreta a un personaje conmovedor que acompaña a Youssef, un huérfano ciego de 12 años. Criado por su abuelo en un pueblo aislado en el corazón del desierto, el niño descubre el mundo gracias a una cámara que le regala este último. Esta búsqueda visual y espiritual lo lleva a un destino enigmático: la legendaria laguna azul. Marja Zarqa combina poesía y profundidad para cuestionar la relación entre luz y oscuridad, sueño y realidad.
En ausencia de Mohamed Khouyi, el productor Abdessalam El Meftahi recibió el trofeo y declaró: “Este reconocimiento honra a Mohamed Khouyi, un pilar del cine marroquí, y pone de relieve su inmenso talento”.
Esta edición del festival estuvo marcada por una fuerte presencia marroquí. Radia, dirigida por Khaoula Assebab Benomar, fue seleccionada para la “Semana Internacional de la Crítica”, mientras que Ana Machi Ana de Hicham El Jabbari enriqueció las proyecciones especiales. Además, el cineforo de El Cairo acogió Al-Matroud Min Rahmat Allah, una poderosa obra de Hicham Al-Assri, que confirma así la diversidad y vitalidad del séptimo arte marroquí.
El Festival Internacional de Cine de El Cairo sigue siendo una plataforma esencial para celebrar el cine árabe y mundial. Esta 45ª edición puso en competición 194 obras procedentes de 72 países, ofreciendo un mosaico de culturas e historias. El gran premio, la Pirámide de Oro, fue otorgado a la película rumana “Este año nuevo que nunca llegó”, de Bogdan Mureşanu.