(Londres) La coronación del rey Carlos III el año pasado costó a los contribuyentes británicos 72 millones de libras (127 millones de dólares canadienses), según cifras oficiales publicadas el jueves por la noche.
Publicado a las 6:48 a. m.
Se han levantado críticas para denunciar un gasto demasiado elevado y desconectado de la realidad de los contribuyentes, a quienes se han pedido duros esfuerzos en los últimos años.
Según las cifras, el Departamento de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes (DCMS) gastó 50,3 millones de libras (88,6 millones de dólares canadienses), mientras que los costes para asegurar la coronación por parte del Departamento del Interior alcanzaron los 21,7 millones (38,2 millones de dólares canadienses).
Carlos fue coronado rey oficialmente en la Abadía de Westminster en mayo de 2023 en una ceremonia a la que asistieron dignatarios de todo el mundo. La noche siguiente se organizó un suntuoso concierto en el Castillo de Windsor.
La revelación del proyecto de ley global, que según algunas estimaciones supera los 100 millones de libras (176 millones de dólares canadienses), probablemente provocará nuevas condenas por parte de los antimonárquicos en el Reino Unido.
Estos últimos han aumentado sus críticas a la familia real y a las sumas que recibe -que consideran excesivas e injustas- en estos tiempos de escasez presupuestaria.
El país está atrapado en una crisis pospandemia, con la inflación en su nivel más alto en décadas durante la mayor parte del año pasado, mientras que la falta de crecimiento económico ha provocado una caída del nivel de vida.
Los escépticos señalan también que el monarca británico, que recibe más dinero público que sus homólogos europeos, es un multimillonario capaz de pagar la mayor parte de las facturas de la institución.
Según una encuesta de YouGov realizada antes de la coronación, más de la mitad de los británicos pensaban que el gobierno no debería financiar la ceremonia.
La familia real se ha enfrentado recientemente a pedidos de mayor transparencia y reforma de sus propiedades, después de que una investigación mostrara que se beneficiaban de establecimientos públicos al tiempo que recibían importantes exenciones fiscales.
En su informe anual, el DCMS habló de una coronación “disfrutada por millones, en el Reino Unido y en todo el mundo”, un “momento único en una generación” que “ofreció una oportunidad única para celebrar y fortalecer nuestra identidad nacional”.