“I lied”, de Damso, un nuevo disco de baile con Angèle, Kalash y Kalash Criminel

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Portada del disco “Mentí”, de Damso. CONTOM

Durante todo el día 7 de noviembre, Damso invitó a sus fans a escuchar su nuevo álbum, mentíen la sede del Partido Comunista Francés, en París. Cada hora, un centenar de ellas, cada una más elegante que la anterior, entregaban sus teléfonos móviles a las azafatas, que los guardaban en una bolsa. Bajo la cúpula del edificio se pueden escuchar las once canciones con auriculares. Una semana antes, los periodistas fueron invitados a un estudio de grabación el 20mi barrio donde vive el productor estadounidense Pharrell Williams.

El rapero ha invertido recursos para promocionar su álbum, grabado en Bruselas. Invita a tres artistas, Angèle, Kalash y Kalash Criminel, con quienes Ya ha colaborado y repite brillantemente la experiencia. Primero trae a su colega de origen congoleño, como él, Kalash Criminel, para discutir en su idioma, el lingala, y sobre el electro sudafricano de moda, el amapiano. Con, como plus, los pitos de grupos de baile callejero de Soweto (Sudáfrica) y un coro religioso de fondo: un primer éxito.

Lea la encuesta: Artículo reservado para nuestros suscriptores. El boom del amapiano, una mezcla sudafricana de house, lounge, jazz y soul

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masculino absoluto

Sigue un tema guitarra-voz potenciado con subbajo, con la dulce Angèle en el papel de su amante con la que intenta recomponer las piezas y a la que se confiesa, honesta y torpe: “No te lo diré dos veces, sólo tengo ojos para ti, pero eso no me convertirá en un hombre fiel. » Con el Kalash martiniqués, destaca el fondo y la forma del juego. Alfadonde proclaman en voz alta su absoluta condición masculina. Allí, sus voces profundas se aventuran en el shatta, música nacida en Fort-de-France, un subgénero del dancehall.

Desde la pieza introductoria, Cromo, al final, damasautistadonde reúne percusión africana, una sección de cuerda y techno, el rapero belga destaca en el ejercicio del estilo, sin centrarse demasiado en la coherencia, una rima lleva a otra, a veces de forma arbitraria. Así, en el estribillo de Cromodonde habla de los activistas negros Martin Luther King, Malcolm X y Thomas Sankara, repite: “Nigga, no hay respeto, nigga, no hay respeto/ Como la que espera a que Ken le diga que tiene una ETS. » Lástima que la rima caiga como un pelo en la sopa, asumiendo su absurdo grosero y machista… Pero, como confirman las piezas en forma de confidencias Consecuencias y damasautistadonde afirma tener Asperger -otra mentira, nunca fue diagnosticado como tal-, nada es sencillo en la cabeza de Damso.

mentíde Damso, Treinta y cuatro céntimos.

Stephanie Binet

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