“Trash vortex”, de Mathieu Larnaudie, Actes Sud, 440 p., 23 €, digital 17 €.
ISLAS FLOTANTES
Se trata de un libro que la temporada literaria ha dejado algo de lado –su extensión y densidad son sin duda la causa– y que, sin embargo, se distingue de lo común. Vórtice de basura no tiene en absoluto el aspecto de una típica novela francesa: en primer lugar, porque se desarrolla en un entorno no habitualmente frecuentado por la literatura francesa actual, el de los ultrarricos, después porque conmueve una cantidad de personajes, materiales, países y Historia en un mundo-caos que nos recuerda a Don DeLillo o William Gaddis (1922-1998). Ahora Mathieu Larnaudie sitúa la acción principal de su ficción en París, en una mansión privada frente a Notre-Dame, propiedad de la riquísima heredera de un gran imperio industrial, Eugénie Valier, conocida como “la Valier” (con ese toque de Antiguo Régimen subyacente). el lenguaje de los poderosos). Sintiendo que el fin del mundo se acerca al mismo tiempo que el suyo, esta mujer decide liquidar su grupo para transformarlo en una fundación ecológica encargada de limpiar los océanos.
Los “vórtices de basura”, o los “giros oceánicos”, son estas masas de residuos plásticos que se mueven en bancos, auténticos continentes que flotan en los mares y de los que son uno de los símbolos los 30.000 patos de plástico amarillos, tortugas azules y ranas verdes del océano. La marca Friendly Floatees que cayó de un carguero en 1992. La fundación Terra Viva de Eugénie Valier tiene así la misión de hacer que el océano a sus habitantes naturales, para limpiar estos giros que se presentan como “Atlántida de polímeros en la que casi podríamos poner un pie (…)que, en realidad, apenas visibles a simple vista, se parecen más bien a una especie de caldo indistinto donde la basura triturada se entremezcla y macera entre dos aguas y donde la densidad de las partículas de plástico es de seis a siete veces mayor que la del zooplancton ». Mediante un fantástico efecto de espejo, el espacio terrestre donde finalmente nos preocupamos por los mares se presenta en la novela como un gigantesco mundo flotante, donde los flujos de información, dinero, ricos que se mueven en un abrir y cerrar de ojos en los cuatro Los rincones del planeta también forman torbellinos, flujos imparables creados por la dinámica del capitalismo avanzado, masas colosales, en expansión y en perpetuo movimiento.
Hemos hablado de novela fluvial para obras que, como Jean-Christophede Romain Rolland (1904-1912), o Los Thibaultde Roger Martin du Gard (Gallimard, 1922-1940), siguió todo el curso de una existencia o de una generación; entonces podemos decir de Vórtice de basura que es una novela oceánica cuando, en cinco partes como las cinco grandes extensiones marinas, se lleva en torbellinos los restos flotantes de nuestro mundo desenterrado.
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