Vimos al padre y al hijo de Souchon en Pin Galant en Mérignac.

Vimos al padre y al hijo de Souchon en Pin Galant en Mérignac.
Vimos al padre y al hijo de Souchon en Pin Galant en Mérignac.
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En la pantalla navegan, Pierre y Bear, niños leyendo, riendo. Detrás, los mismos 45 años después con su padre Alain alrededor de un piano. “El pequeño Bill, está enferma” abre la velada entre padres e hijos en Souchon. Pelos erizados y tentaciones llorosas, ya. Desde hace 50 años, Souchon nos consuela de “esta vieja y pegajosa enfermedad, esta sagrada falta de amor vacío”. Seguimos porque ahí está gente como él, nostálgicos de “La belleza de Ava Gardner”, silenciosamente resignados con “chocolate y avellanas en nuestro sofá”, como en estos cuentos femeninos de “Sommerset Maugham”. » Tres obras maestras unidas entre sí: eso sería suficiente. Pero hay muchos otros, así que por supuesto nos quedamos.


Los nuestros, Alain y Pierre Souchon este viernes en Pin galant en Mérignac.

YARDA

“Vine con mis dos hijos, problema de niñera”: el daron presenta a Pierre y Charles (Nuestro), que también se han convertido en cantantes delicados y de blues. Esto lo demuestra “Las montañas de Corea” (Nuestras) y luego “Same Never” (Pierre Souchon) a mitad del espectáculo. Alternando teclados y guitarras, deambulan por 13 álbumes de curitas sobre nuestras vidas con qué propósito, el panteón de sus canciones. Monumentos patrimoniales pero tesoros enterrados. “Los grandes nombres” pero “yo no estuve allí. » “Cuando estoy KO” sino “Casablanca”. “La canción del gallinero” sino “Amor en fuga”. “Multitud sentimental” pero “Comedia”, un dúo de 1988 con Jane Birkin que aparece en un Harcourt en blanco y negro. Lágrimas a la izquierda, a la derecha también.


Casi dos horas de concierto y 28 piezas para Alain Souchon y sus hijos.

YARDA

Feliz gnaque

Proyecciones sobrias y anécdotas desordenadas eclipsan los platos del festín. El padre Alain tose, a veces se enjabona, pero sigue actuando tan bien como siempre. “Feliz gnaque: ¡feliz suerte! », le cambió el nombre. Media hora antes del final, los 1.400 canosos espectadores de un Pin Galant blindado (también este sábado) se ponen de pie tras una versión magistral de “Si en plus y’a nadie”. Pierre cumple esta tarde 52 años, el nuestro cinco años y medio menos. Alain tiene 80 años pero vivirá y nos calentará mucho tiempo, ¿eh? Termina solo en “Allo Maman Bobo”. La vida es una película sobre nada más que este pasaje fue bueno.

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