Kirby Dach está viviendo una temporada en la que cada minuto que pasa sobre el hielo se siente como un paseo por un campo minado.
Las expectativas eran altas, quizás demasiado altas.
Al regresar este año después de una lesión grave, Dach está tratando de encontrar su lugar en un mercado que no perdona y donde los errores se magnifican bajo el microscopio.
Esta noche, contra los New York Islanders, finalmente tendrá un fuerte aliado que le ayudará a llevar esta pesada carga: Patrik Laine.
Un jugador cuyo regreso se espera como un soplo de aire fresco en un equipo que busca estabilidad.
Para Dach, Laine es mucho más que una compañera de equipo. Representa un potencial punto de inflexión, una oportunidad para cambiar la situación en un contexto difícil.
Ante la idea de jugar junto al finlandés, el joven pívot no ocultó su entusiasmo.
“Es como recibir un regalo de Navidad antes de tiempo”confió, su sonrisa discreta, pero ahí.
Laine, con su relámpago y su imponente presencia sobre el hielo, llega con una reputación que habla por sí sola.
Sin embargo, incluso con todo su talento, no ha jugado en casi un año, y su última temporada completa fue mucho antes. Hay muchas esperanzas, pero es necesario tener precaución.
Dach no tiene este margen de error.
Mientras su desempeño se estanca, las críticas continúan lloviendo.
Fuera del hielo, tuvo que distanciarse de las redes sociales, exhausto por los duros comentarios de los fanáticos frustrados.
Este ambiente tóxico, que a menudo acompaña a los jugadores de Canadiens en tiempos de crisis, alimenta una presión constante.
En este contexto, la llegada de Laine podría ofrecerle un poco de oxígeno. Pero esta luz al final del túnel también podría apagarse rápidamente si la química no se afianza.
Esta noche, el trío formado por Dach, Laine y Juraj Slafkovsky estará bajo estrecha vigilancia.
Slafkovsky, también en una fase difícil, está lejos de haber convencido desde el inicio de la temporada. Con sólo dos goles en 21 partidos, el joven eslovaco, al igual que Dach, está jugando a lo grande.
Juntos tendrán que demostrar que no sólo pueden mantener su lugar, sino también convertirse en una fuerza impulsora para este equipo que necesita desesperadamente resultados.
Si el experimento falla, Dach sabe muy bien quién será el elegido.
El regreso de Laine es una oportunidad para Dach, pero también una prueba.
Tendrá que demostrar que puede estar al nivel de su compañero, que puede transformar esta oportunidad en un momento clave en su carrera.
Montreal no perdona fácilmente, pero una buena actuación esta noche podría cambiar la percepción del público.
Mientras los Canadiens se encuentran en el tercer año de una reconstrucción anunciada como un plan de cinco años, los fanáticos claman por algo en lo que hincarle el diente.
Esta noche, el Bell Center vibrará y Dach no tendrá otra opción: tendrá que contestar la llamada.
Este regalo caído del cielo, tendrás que merecerlo.
Continuará…