El Bell Center ya ha visto a jugadores llorar de alegría, de frustración, pero rara vez de desesperación como fue el caso de Mike Matheson, quien literalmente se desplomó frente a los medios después de su catastrófica actuación en Boston.
Autor de tres pérdidas de balón que desembocaron directamente en goles contrarios, Matheson ofreció una actuación que quedará tristemente grabada en el recuerdo.
Frente a las cámaras, Matheson, visiblemente conmocionado, buscó explicar lo inexplicable:
“Solo mis decisiones con el disco… Seguro que es realmente frustrante en este momento, pero sé que esa no es mi versión real.
Así que lo único que puedo controlar ahora es asegurarme de estar listo para el martes. »
Su tono, cargado de emoción, delataba a un hombre al borde del colapso.
Matheson insistió en que se trataba de un problema mental más que físico y añadió:
“Probablemente sea más agotador mentalmente que físicamente, y simplemente tenemos que encontrar una manera de evitar esos fallos de concentración en los que concedemos tres goles en un minuto. Esto es lo más importante que hay que solucionar. »
Observe a Matheson sollozar y tomar un descanso para no romper a llorar:
Sin embargo, cuando intentó justificar sus errores y mirar hacia el futuro, sus comentarios fueron recibidos con burla y ridículo.
¿Cómo pudo decir que “todos lo intentaron” cuando su propia actuación hizo caer al equipo en varias ocasiones?
Lo que hace que este episodio sea aún más brutal es la respuesta de Martin St-Louis. El técnico, conocido por su franqueza, no mostró indulgencia con su defensor.
Cuando se le preguntó qué tan duro era Matheson consigo mismo, St-Louis respondió:
“Sí, eso es correcto. Se necesitan jugadores que analicen su juego y que tengan la verdad detrás. Se necesita eso. »
St. Louis no intentó restar importancia a los errores de Matheson. Por el contrario, destacó que el zaguero debe afrontar sus responsabilidades.
“Sí, no se avanza si no hay verdad. Te estás escondiendo de los negocios. Sí, no puedes esconderte. »
En otras palabras, Matheson se enfrenta solo a sus demonios y su entrenador no le ofrecerá un salvavidas.
Una respuesta escalofriantemente fría, especialmente para un jugador que parecía al borde de las lágrimas.
St-Louis también recordó que este tipo de debacle no era la primera vez para Matheson esta temporada.
“Fue apenas una semana antes. Tuviste otro juego así. Dijiste que no volveríamos allí. »
Una frase que resuena como un martillazo: Matheson había prometido no repetir estos errores, pero fracasó.
Este ciclo de mal desempeño se está volviendo intolerable, y St. Louis ya no parece dispuesto a proteger a su defensa estrella, a pesar de que es un ex cliente de Kent Hughes, un detalle que ya está alimentando críticas de favoritismo dentro de la organización.
Matheson concluyó su discurso intentando proyectarse hacia el futuro:
“Sé que esa no es mi versión real. »
¿Pero cuándo verá el canadiense esta “versión real”?
¿Cuánto tiempo más seguirán hundiendo al equipo los errores defensivos de Matheson antes de que se tomen decisiones drásticas?
Mike Matheson, prácticamente llorando ante los medios, es la imagen de un jugador que lo está perdiendo todo: su juego, su confianza y quizás pronto su lugar dentro del equipo.
Mientras tanto, Martin St-Louis, fiel a su actitud intransigente, optó por no defenderlo.
Este momento simboliza una división dentro del canadiense: entre un jugador que ha perdido completamente el rumbo y un entrenador que parece estar harto de excusas.
Si Matheson no logra cambiar las cosas, bien podría ser el siguiente en la fila.
En cuanto a St-Louis, su decisión de exponerlo públicamente demuestra una vez más su filosofía: sólo los más fuertes sobreviven.
La pregunta que queda es simple: ¿Matheson todavía tiene la fuerza mental para recuperarse o este capítulo ya se está cerrando?
Una cosa es segura: Montreal no esperará para siempre.