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En su vida diaria nada ha cambiado. “Es un país que ama el fútbol, mucha gente me para en la calle, explica la segunda, que inicia aquí su séptima temporada. No siento ninguna tensión, nunca he tenido un comentario inapropiado. Vivo en la costa, hay todos los restaurantes, como en Francia, la vida es buena. Es pacífico y, en términos de seguridad, es genial, no hay nada que decir. »