Esta cuestión de una reducción gradual del uso de petróleo, carbón y gas para intentar frenar el calentamiento global formó parte del acuerdo obtenido el año pasado en la COP28 en Dubai. Pero desde entonces, parece haber ido quedando paulatinamente relegado a un segundo plano e incluso cuestionado por algunos.
El comunicado final del G20 en Río también guardó silencio sobre el tema, para consternación de muchos observadores. Y en la COP29 de Bakú, las negociaciones sobre la financiación de la ayuda climática llevan ocho días decayendo, dejando de lado esta salida de los combustibles fósiles, principales culpables de los gases de efecto invernadero que calientan el planeta. Pero para Agnès Pannier-Runacher, las dos cuestiones están relacionadas.
La próxima COP crucial
“El tema de la financiación Norte-Sur sólo pretende existir porque debemos financiar esta salida” de los combustibles fósiles, subrayó el ministro, que no viajará a Bakú debido a las tensiones diplomáticas entre Francia y Azerbaiyán pero asegura “negociar a distancia para lograr el mejor nivel de ambición”.
“La salida de los combustibles fósiles sigue siendo relevante” y tras el acuerdo “histórico” alcanzado el año pasado, es “importante mantener la presión sobre este punto”, subrayó Agnès Pannier-Runacher. Respecto a las negociaciones que se desarrollan hasta el viernes en la capital azerbaiyana, la ministra dice que “quiere que la COP29 sea un éxito”, pero reconoce que, dada la mala marcha de los trabajos, parece “menos preparada que las ediciones anteriores”.
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