Clarisse Crémer, que participa en su segunda Vendée Globe, perdió anoche la vela mayor de su barco frente a las costas portuguesas.
Un duro golpe a la moral. Menos de tres días después de la salida del 10mi edición de la Vendée Globe, Clarisse Crémer perdió anoche la vela mayor de su barco (gran gennaker MH0) frente a las costas portuguesas.
Eran alrededor de las 4 de la mañana cuando la vela se desplegó inesperadamente antes de terminar en el agua. Y con este percance, la francesa corre el riesgo de que su navegación se vea fuertemente afectada, especialmente en períodos de mal tiempo.
“Es lo que llamamos una noche infernal en un barco. Tuve un problema técnico. (…) Se ha volado el cabo que sujeta la vela. Se desdobló mientras yo estaba bajo otra vela y se hizo un nudo enorme. Joder, qué…”, detalló muy afectada por esta gran pérdida.
“La vela acabó en el agua, es doble penalización. Claramente esta no es la marca que quiero dejar en el océano. Estoy un poco avergonzada, lo admito, pero no tenía otra opción”, añadió Clarisse Crémer, que empezaba a coger confianza tras un comienzo complicado.
“No es alegría. Navegaba con cuidado, no estaba muy orgulloso de mí mismo estos últimos días, pero tuve la impresión de entrar en un verdadero ritmo de Vendée Globe, bastante sereno en mi cabeza, aunque quisiera ser un poco más rápido. Sentí que venía la confianza, bueno la confianza, de eso hablaremos más adelante. Qué carajo, fue realmente horrible, pasé una 1h30 horrible”, dijo la navegante, que sufrió “algunas quemaduras en las manos”.
El resto de la carrera promete ser difícil y nada fácil para Clarisse Crémer, que ocupaba el puesto 29.mi lugar (de 40) en la última puntuación. Incluso si ella no tiene intención de darse por vencida. “Perdí mucha energía, pero la carrera aún es larga”, dijo, sin duda esperando días mejores.