No es complicado: los Montreal Canadiens están dando largas, como si esperaran que alguien les dijera que la temporada realmente ha comenzado.
Las derrotas se acumulan y en cada partido parece faltar una chispa, un jugador dispuesto a sacudir a todo el equipo.
En este punto, lo que necesitan es Luke Tuch, un jugador poderoso que podría venir de Laval para demostrar lo que significa jugar con intensidad y convicción.
Miremos los hechos.
¿Qué hacemos en Montreal cuando ya no sabemos cómo reactivar la línea del frente? Colocamos a Josh Anderson junto a Suzuki y Caufield, esperando que esta vez funcione.
¡Casi se ha convertido en una tradición!
Ayer volvimos a ver el “movimiento”.
Dos períodos más tarde volvimos con Dach en la primera línea…
Estamos hablando del mismo Anderson, a quien probamos y volvimos a intentar en lo más alto de la alineación, sin lograr nunca convertirlo en la bujía que esperábamos.
¿Cuántas veces hemos intentado esta apuesta desesperada?
La realidad es que al equipo le falta energía bruta.
Necesita un jugador que se ensucie las manos, que obligue al oponente a tomar nota de cada presencia en el hielo.
Y eso es exactamente para lo que Luke Tuch está preparado.
Con el Rocket se impone, no duda en repartir contactos y jugar intensamente.
Sin espectáculo, sin delicadeza superflua.
Este tipo salta al hielo con una misión: sacudir al oponente y demostrar que ningún control es demasiado.
Aquí tenéis lo más destacado del último partido para aquellos que necesiten refrescar la memoria en lo que llamamos una velada difícil:
En cada partido, el CH sigue presentando las mismas carencias: poca finalización, pocos golpes y falta de agresividad en la zona contraria.
Con un equipo dando vueltas, es hora de probar algo nuevo.
Tuch destaca ante Laval no por sus hábiles pases, sino por su impacto físico.
Entra en las esquinas, molesta al oponente y recuerda a los defensores contrarios que ninguna secuencia será sencilla.
El canadiense no tiene un jugador como él y punto.
En cada partido, vemos jugadores que dudan en finalizar sus controles, que prefieren jugadas bonitas a juegos rentables.
Tuch no tiene esas dudas. Entra al hielo con la determinación de un jugador que quiere marcar la diferencia.
Con un equipo como el CH que está sufriendo tanto, esto es lo que se necesita para salir de esta espiral de derrotas y recordar a todos la importancia de cada partido.
Las estadísticas hablan por sí solas: con una media de dos hits por partido y una implicación física continua, Tuch demuestra que está preparado para el siguiente paso.
Imagínatelo un sábado por la noche en el Bell Centre, después de una serie de derrotas que acabaron con la paciencia de todos. Sería el equivalente a un impulso para el equipo.
Los demás jugadores lo verían venir y entenderían que si no quieren ser superados por un joven decidido, tendrán que elevar su nivel de juego.
La actual serie de derrotas es una llamada de atención.
Entonces, Martin St-Louis, ¿a qué estás esperando?
No hay necesidad de soñar con una línea perfecta o un espectáculo, simplemente un jugador que se apresura y que recuerda la esencia misma del hockey.
El CH necesita un jugador que afronte cada partido como si fuera el último, que considere inaceptable una derrota.
Luke Tuch podría ser esa chispa.
Un equipo se inspira en jugadores como él, aquellos que no tienen miedo de ir a la batalla, incluso cuando todo sale mal.
Amén …