La pelea de Carey Price: una historia que te hace llorar

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Todo el mundo estaba preocupado por la estancia de dos semanas de Carey Price en Montreal sin su esposa e hijos.

Pero podemos asegurarles que la leyenda viva del hockey quebequense no ha recaído, tras pasar por pruebas dignas de un guión de película deportiva.

Según uno de sus siguientes, está más delgado y radiante que antes. Cuando bebe una cerveza o un cóctel, es una bebida sin alcohol.

“Carey Price se mantiene sobrio”, dice su amigo con un brillo de orgullo en los ojos. Este es un Carey Price transformado, un hombre que ha recorrido un largo camino después de años de luchar contra los demonios del alcohol y los analgésicos.

Durante nuestro encuentro, se sincera sin reservas sobre su caótico viaje. Le perseguía la depresión, a veces oculta tras la máscara impasible del portero estrella.

Pero hoy afronta su enfermedad día tras día, sin vergüenza ni rodeos. Habla con pasión de su familia, de sus hijos que se han convertido en su fuente de inspiración y motivación.

En “Alcohólicos Anónimos” hay una lucha todos los días. Nunca te curas. Pero puedes seguir en el camino hacia la recuperación.

Sus años en el mundo del hockey parecen haber sido un torbellino, una montaña rusa de emociones y retos. Pero ahora se está tomando el tiempo para mirar atrás y hacer un balance de su tumultuosa vida dentro y fuera del hielo. Sus hijos han crecido y él descubre con emoción las alegrías y los desafíos de la paternidad estando presente, tanto física como mentalmente.

Carey Price emerge de estos años oscuros con una determinación renovada. Se lanza a la vida familiar con la misma intensidad que lo hizo en el hielo, encontrando en sus hijos un apoyo inquebrantable para superar las pruebas.

Admite sus errores del pasado, reconociendo que cada desafío ha sido una lección, una piedra en el camino hacia la redención.

Pero el camino hacia la recuperación no ha sido fácil. Las presiones del mundo del hockey eran a veces abrumadoras, pero encontró el valor para pedir ayuda.

Hoy, habla abiertamente sobre su depresión, denunciando el estigma que la rodea y animando a quienes la sufren a buscar ayuda.

Reconoce que su redención es un proceso continuo, pero mira hacia el futuro con optimismo y determinación.

Su familia es su principal prioridad y está decidido a ser un mejor padre, un mejor marido y un mejor hombre. Carey Price es un hombre diferente y esta vez tal vez sea el indicado.

No, Carey Price no ha recaído. Tiene otros problemas íntimos que afrontar, pero no hablamos de su problema con el alcohol.

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