Arber Xhekaj y Martin St-Louis conversan en Toronto

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Esta mañana, Arber Xhekaj fue literalmente demolido en los principales medios de comunicación.

Las palabras de los periodistas son duras, pero impactantes. Al final tienen razón.

No, Xhekaj no es el lápiz más afilado de la caja.

De hecho, después de su brutal golpe a Tim Stützle, Xhekaj no sólo puso a su equipo en una situación precaria, sino que también reveló una persistente incapacidad para controlar sus emociones en el hielo.

La realidad es despiadada: Xhekaj no parece aprender de sus errores.

Mientras el defensa intentaba vengarse de Kirby Dach, víctima de un dudoso disparo de Ridly Greig, eligió mal su objetivo atacando a Stützle y acercándose a una jugada potencialmente peligrosa.

Como escribió Bernier, si Xhekaj hubiera golpeado de frente a Stützle, el delantero alemán probablemente todavía estaría tendido en el hielo.

St-Louis, visiblemente exasperado, intentó defender a Xhekaj en rueda de prensa, pero sus palabras ya no parecen convencer a mucha gente, ni siquiera a sus propios jugadores.

El desastroso rendimiento cerebral de Xhekaj en los dos últimos partidos, con 44 minutos de penaltis acumulados y repetidas expulsiones, no hace más que reforzar la idea de que Xhekaj no tiene cabida en un vestuario dirigido por un entrenador que predica inteligencia, juego y disciplina.

Pero lo más sorprendente ayer fue cuando Martin St-Louis intentó hacer creer a los periodistas presentes que se trataba de un “partido de hockey”.

¿Indulto?

Entonces, el golpe de Cédric Paré contra Patrik Laine fue horrible, pero ¿el intento de Xhekaj de arrancarle la cabeza a Tim Stützle es una “jugada de hockey”?

Varios periodistas criticaron la promoción de la violencia que St. Louis parece tolerar en las conferencias de prensa.

Desde el Journal de Montréal hasta La Presse, pasando por la 98.5 FM, todos vieron que St-Louis repetía más de una vez que para él el golpe de Xhekaj no era tan grave.

El malestar entre Martin St-Louis y un periodista durante la rueda de prensa posterior al partido contra los Senators fue evidente.

Si bien el entrenador en jefe de los Canadiens intentó minimizar el impacto del gesto de Arber Xhekaj, parecía cada vez más aislado en su defensa del jugador.

St-Louis, visiblemente bajo presión, declaró:

“No creo que quisiera lastimar a Stützle porque ellos lastimaron a Dach”. tratando de convencer de que Xhekaj simplemente estaba desempeñando su papel habitual de defensor matón.

El tono de St-Louis sugería un deseo de proteger a su jugador, pero la inquietud aumentó cuando el periodista, obviamente sorprendido, le preguntó si realmente creía que Xhekaj habría intentado este control si Ridly Greig no hubiera herido a Kirby Dach anteriormente en el partido.

La respuesta de St-Louis fue un simple “Sí”, sin convencer realmente al público presente.

Luego añadió que si hubiera sido un defensor más pequeño el que hubiera intentado la misma jugada, nadie habría hablado de ello. Este comentario bastante torpe pretendía mostrar la naturaleza física del juego de Xhekaj, pero fracasó.

Los periodistas presentes en la sala vieron claramente la gravedad del incidente.

El malestar era evidente. El técnico, pese a su experiencia como jugador, a veces parece desconectado de la realidad a la hora de defender a sus jugadores en situaciones tan delicadas.

El gesto de Xhekaj, aunque no haya impactado frontalmente a Tim Stützle, podría haber tenido consecuencias dramáticas.

Stützle aún sufrió una lesión en la nariz y no volvió al juego (lesión en la parte superior del cuerpo).

Si Xhekaj le hubiera golpeado con más fuerza, el jugador de Senadores podría haber dejado el hielo en camilla, como señaló otro periodista.

Al tratar de poner el incidente en perspectiva, St. Louis ha demostrado involuntariamente que el equipo tolera comportamientos peligrosos e impredecibles, lo que no ayuda en nada a restablecer el orden en el vestuario.

El hecho de que justificara el ataque físico de Xhekaj también muestra un intento de desviar la conversación hacia aspectos técnicos, pero esto sólo amplificó la percepción de que el entrenador perdió el control sobre algunas de sus acciones. jugadores.

Esta escena, por incómoda que fuera, reveló otro problema: St. Louis se encuentra en una posición en la que debe defender lo indefendible. No es la primera vez que Xhekaj tiene éxito y su comportamiento impulsivo en el hielo está empezando a crear un verdadero problema de credibilidad para el entrenador.

Al observar toda la situación, queda claro que St. Louis, a pesar de sus esfuerzos por mantener el control del discurso, tiene dificultades para ocultar su frustración y vergüenza por las repetidas acciones de su defensor.

La pregunta sigue siendo: ¿Cuánto tiempo más podrá St. Louis seguir justificando los errores de Xhekaj antes de que la situación explote?

Debe estar cansado de estar constantemente en problemas debido a su defensor.

Los medios de Toronto no dejaron de reaccionar a los comentarios de Martin St-Louis, añadiendo un nivel adicional a la controversia.

Los periodistas de Toronto rápidamente aprovecharon la oportunidad para denunciar lo que perciben como hipocresía por parte de los Montreal Canadiens.

En efecto, si bien la CH se había quejado fuertemente del golpe de Cédric Parésur Patrik Laine, criticando abiertamente la agresividad de los Leafs, parece que la organización es mucho más tolerante con la violencia proveniente de sus propios jugadores.

Los medios de Toronto recogieron las declaraciones del St-Louis, que intentó minimizar el gesto de Arber Xhekaj, subrayando esta flagrante contradicción.

Para ellos, está claro que el canadiense juega en dos bandos: por un lado, condenan la brutalidad cuando les conviene, pero por el otro, intentan justificar las acciones violentas de sus propios jugadores.

Esta incoherencia fue especialmente destacada por los columnistas de Toronto, que no dudaron en señalar este doble rasero.

No es la primera vez que las tensiones entre Montreal y Toronto se ven amplificadas por incidentes de este tipo, pero esta vez, la torpe defensa del St. Louis dio aún más alimento a sus detractores.

St-Louis se encuentra atrapado en una tormenta mediática… todo por culpa de Arber Xhekaj.

Debe estar tan cansado como siempre.

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