La hamburguesa del arrepentimiento: Arber Xhekaj fue engañado económicamente

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Arber Xhekaj había soñado con un gran contrato, con cifras increíbles que le convertirían en un defensor que pagaría entre dos y tres millones de dólares al año.

Pero la realidad, a menudo cruel en el hockey profesional, le reservaba una experiencia completamente diferente.

El error de Xhekaj fue pensar que su popularidad le daría beneficios. Aceptó un ridículo acuerdo de patrocinio de un restaurante. “Habitación”donde le pagaron apenas 25.000 dólares.

25.000 bolas (no albóndigas) para convertirse en la figura de una hamburguesa, digamos que es “peanuts”. Sobre todo, Xhekaj enajenó a Martin St-Louis y a la organización CH.

St-Louis, al igual que Kent Hughes y Jeff Gorton, realmente no apreciaban que Xhekaj estuviera realizando esta actividad de marketing fuera de CH. No en vano ninguno de los tres hombres estuvo presente en el lanzamiento de la famosa hamburguesa.

Imaginar. St-Louis incluso llegó a decir que nadie en el vestuario llamaba a Xhekaj “El Sheriff”. Mientras que incluso Cole Caufield admitió públicamente que todos lo llamaban así en el dormitorio.

Te muestra el malestar que reina entre el defensor y la organización. Arber se encuentra con la espalda contra la pared, en una situación en la que tiene poco control.

Su estancia en Laval le hizo daño a su cartera. Sus dos hombros magullados perjudicaron su valor en la mesa de negociaciones. Sobre todo porque no tiene derecho a compensación.

Sí, Xhekaj está en una posición débil, a merced de las decisiones del director general Kent Hughes, que puede hacer lo que quiera para ficharlo con descuento.

Las negociaciones prometen ser una lucha desigual. Arber lo sabe: nunca obtendrá los 2 millones de dólares anuales a los que aspiraba.

Si Hughes fuera un tiburón, podría pisar a Xhekaj en estas negociaciones, pero como ex agente, será “justo”. Pero Xhekaj sabe que lo “justo” siempre estará por debajo de sus expectativas.

Se ha resignado a aceptar la realidad: tendrá suerte de ganar 1,5 millones al año. Fue menos de lo que se merece, menos de lo que esperaba, pero es lo máximo que obtendrá.

En este despiadado mundo de negociaciones financieras, Arber Xhekaj aprende una dura lección: el hockey es, ante todo, un negocio.

Xhekaj decidió conseguir 25.000 dólares para ser el símbolo de un restaurante que nadie conocía. Al final, su hamburguesa le hizo pagar “al contado”.

Ay.

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