¿El pebetero olímpico permanecerá en el cielo de París?

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El pebetero, un globo aerostático, iluminado por la llama olímpica mientras vuela en los Jardines de las Tullerías junto al Museo del Louvre, en París, el 29 de julio de 2024. CHRISTOPHE DELATTRE / AFP

“¡Guau!” » Cada noche, durante los Juegos, el mismo clamor emocional resonaba en la noche, cuando el pebetero olímpico se elevaba a sesenta metros sobre el cielo de París. Aglomerada tras las puertas del Jardín de las Tullerías, a dos pasos del Louvre, una multitud compacta lanzaba espontáneamente este largo grito, señal de asombro ante el despegue de lo que fue una de las verdaderas estrellas de los Juegos. A partir del 26 de julio, esta gigantesca estructura, un aro de aluminio transportado por un globo, despertó un furor que ni siquiera sus creadores habían previsto. Las entradas para acercarse a la instalación durante el día apenas se podían conseguir y se agotaron en un abrir y cerrar de ojos. En total, más de 320.000 personas pudieron visitar el lugar donde ardía la llama.

¿Y luego? Esta apariencia de fuego, producida sin ningún combustible gracias a una niebla de partículas de agua sobre haces de luz, encendió tanto a los espectadores que el alcalde de París se pronunció rápidamente a favor de mantenerla más allá de la duración de las competiciones.es En agosto, Anne Hidalgo escribió al Presidente de la República para sugerirle que se conservaran como legado ciertas huellas de los Juegos: “Espero que en sus espacios públicos, sus calles, sus jardines y sus museos, París, sus mujeres y sus hombres, residentes o de paso, recuerden este momento histórico”.

Entre estas reliquias, destacan las diez estatuas de mujeres presentadas durante la ceremonia de apertura, los anillos olímpicos fijados en la Torre Eiffel y, por tanto, el pebetero diseñado por el diseñador Mathieu Lehanneur, con la ayuda de los ingenieros y técnicos de EDF. En cuanto a este último, la alcaldesa explica, en su carta, que “La ciudad de París apoyará cualquier iniciativa que permita continuar esta experiencia”Sin embargo, la idea plantea una serie de problemas técnicos, financieros y patrimoniales.

Un objeto no diseñado para durar

En un contexto político convulso, en el que muchos actores del mundo deportivo y cultural se marchan, las opiniones se expresan en voz baja. En realidad, el destino del pebetero depende de la ciudad de París, pero también, e incluso sobre todo, del Estado, es decir, del Ministerio de Cultura y del Elíseo. Y lo cierto es que este objeto no estaba concebido para perdurar. Era, en un principio, un dispositivo efímero imaginado “jugar con el sol”, según el señor Lehanneur, que lo vio prometido, en definitiva, “al desmantelamiento y reciclaje”Finalmente, debía participar en lo que Thierry Reboul, director de ceremonias de los Juegos Olímpicos de París 2024, llama “El patrimonio inmaterial de los Juegos”. En otras palabras, imágenes legadas a la posteridad.

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