Física, posicionamiento, comunicación… ha sonado el estado de alerta para Mbappé

Física, posicionamiento, comunicación… ha sonado el estado de alerta para Mbappé
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      alerta
      para
      Mbappé
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Evidentemente, no es el único que ha caído. Aparte de Bradley Barcola, la única satisfacción real de la velada, y del recién llegado Michael Olise, distribuidor intermitente de emociones, parece que los Blues habían aceptado perderse su vuelta a la escuela el viernes en el Parque de los Príncipes. Pero uno de ellos, por supuesto, sabía que se esperaba más de él que de los demás. De vuelta por primera vez en el recinto de la Puerta de Saint-Cloud, con el uniforme de capitán de la selección francesa, Kylian Mbappé tuvo una oportunidad de oro contra Italia, un rival siempre prestigioso pero considerado en declive, para barrer con las dudas y los interrogantes sobre su forma, su estado de ánimo y su posicionamiento.

Una actuación fallida

“Es especial, he pasado muchos años aquí. Tengo muchos recuerdos, es el estadio que mejor conozco en mi carrera”, confió esta semana. “¿La acogida de la afición? No espero mucho, no me importa, lo más importante es ganar”. Como resultado, no hubo victoria para su reencuentro, ni respuestas tranquilizadoras sobre su situación personal. Barridos por 3-1 por una Nazionale que no ganaba en Francia desde hacía 70 años, el equipo francés nunca pudo contar con su número 10 para volver a encarrilar el partido. Hubo ese primer cuarto de hora emocionante, esas ganas de atacar con fuerza, esa complicidad evidente con el fogoso Barcola y un puñado de regates acertados.

El resto fue un calvario, como apunta Daniel Riolo en After Foot: “Durante los primeros cinco minutos, pensé que habíamos encontrado a Mbappé. Se movía por todas partes. Pero duró cinco minutos…”. El público pudo disfrutar entonces de la versión de Mbappé de la Eurocopa 2024. Víctima de una fractura de nariz en el primer partido contra Austria, no logró encontrar sensaciones físicas dignas de su estatus, marcó solo un gol (de penalti contra Polonia en la fase de grupos) y se perdió su semifinal contra los españoles. Sus defensores recordaron entonces que había llegado a Alemania tras un final caótico de su aventura en el PSG, ralentizado por diversos fallos y singularmente falto de ritmo debido a la reducción de tiempo de juego en París.

¿Un problema de posicionamiento?

Historia antigua según el principal interesado, ahora centrado en su inicio de aventura en el Real Madrid. “Creo que me siento muy bien, estoy muy contento, juego todos los partidos, sigo siendo titular, es realmente genial. Estoy donde siempre quise estar, solo hay cosas positivas en mi vida. La Eurocopa quedó atrás, he seguido adelante. Es un fracaso, estábamos tristes, pero rápidamente lo saqué de mi mente. (…) No sé lo que piensan los chicos, ya no me doy cuenta, vengo, juego, lo que la gente piensa es lo de menos”, aseguró el jueves. Aliviado también por su doblete con el Real Madrid ante el Betis Sevilla (2-0), que le quitó un peso de encima mientras las críticas empezaban a apuntarle en Madrid, Mbappé volvió a las andadas ante Italia. Las preguntas siguen siendo las mismas sobre su estado atlético que sobre su mejor papel.

Bloqueado por la izquierda por Vinicius, tiende a ocupar una posición más axial en el club y esta evolución también podría darse en la selección francesa. Con la retirada internacional de Olivier Giroud, las dificultades mostradas por Marcus Thuram y Randal Kolo Muani para imponerse en punta, y la irrupción por la izquierda de Barcola, la opción de Mbappé de delantero centro cobra cada vez más importancia. Ahí es donde lo instaló el viernes Didier Deschamps y es ahí donde decepcionó. “Sabemos que la posición de 9 no es para él, pero como ya no puede jugar tampoco por la izquierda, me pregunto honestamente si volverá. Es una incógnita. Tenemos la impresión de que su futuro está en manos del preparador físico del Real, como si fuera a ponerlo en forma… Esta noche le falta absolutamente todo”, subrayó Riolo, tampoco convencido por su comunicación. “Es una preparación. Dice en conferencia que no le importa lo que piense la gente. “Hazle saber que la gente, no sólo los periodistas, piensan que él es malo”.

Deschamps no está (todavía) preocupado

El mismo análisis lo hace Kevin Díaz en After: “Le cuesta admitirlo por su ego, pero intenta cosas demasiado complicadas. Desde que juega con Neymar, tenemos la impresión de que quiere ser como él con jugadas técnicas muy difíciles. Pero como dice Thierry Henry, si no tienes confianza, haz lo que sabes hacer y hazlo bien”. Prueba de que sus problemas no son tan recientes, el último gol de Mbappé con la selección francesa en un partido -y no de penalti- se remonta al 5 de junio y a un paseíllo amistoso contra Luxemburgo (3-0). En partido oficial, hay que ir más allá con este triplete marcado en la fase de clasificación para la Eurocopa contra Gibraltar (14-0) el pasado mes de noviembre. Una eternidad para un jugador así. Pero no lo suficiente como para preocupar a Deschamps, oficialmente.

“Kylian siempre ha marcado goles y los marcará”, insistió “DD” antes del inicio de la concentración. “Todos los jugadores de ataque siempre han tenido mucha libertad y Kylian la necesita. Se trata de compensación, de equilibrios y de que las zonas estén bien ocupadas. Kylian no tiene el registro de un atacante pivote como pueden tener algunos. Hay que tener una asociación con los que están a su lado y detrás de él para ser peligroso y eficaz”. Esto es lo que se espera de los Blues y de su líder el lunes ante Bélgica (20:45 horas).

Artículo original publicado en RMC Sport

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