Sarah Storey, la «Dama de Hierro» del paraciclismo británico

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Sarah Storey gana la carrera en ruta (categoría C4-C5) por delante de la francesa Heïdi Gaugain, el 6 de septiembre de 2024, en Clichy-sous-Bois (Seine-Saint-Denis). MARÍA ABRANCHES/REUTERS

Una vez más, la británica Sarah Storey se impuso. Y, una vez más, lo hizo por delante de la francesa Heïdi Gaugain. Tras dominar la contrarreloj en ruta, la inglesa se impuso en la prueba en ruta el viernes 6 de septiembre. En un circuito de 71 km (5 vueltas) alrededor de Clichy-sous-Bois (Seine-Saint-Denis), se impuso al sprint. Una victoria por los pelos, a golpe de pedal.

“Hice la carrera que quería y estoy feliz de haber corrido así, dijo Heidi Gaugain, de 19 años, veintisiete años más joven que su rival. Una vez más, no fue nada. ¡Estoy asqueado! El final fue el que fue. Ella era más fuerte: no hay nada que decir… Jugó con la experiencia, no se dejó llevar por el pánico”.

Tras permanecer mucho tiempo en el pelotón de cabeza, las dos mujeres, pertenecientes a la C4-C5 (categoría para ciclistas con un bajo nivel de deficiencia de coordinación en un lado del cuerpo o de las piernas, un nivel moderado de coordinación en una pierna o ausencia de extremidades) se escaparon poco antes de la meta, bañada por el sol del verano.

Sarah Storey, de 46 años, es una leyenda del deporte con discapacidad, apodada la «Dama de Hierro» en su disciplina. Nacida con una malformación en la mano izquierda, empezó a nadar a los 10 años, en el norte de Inglaterra, cerca de Manchester. Fue una niña precoz y sus resultados no tardaron en llegar. En 1992 participó en los Juegos de Barcelona y escribió las primeras líneas de su palmarés con dos medallas de oro (100 m espalda y 200 m combinados), tres de plata y una de bronce en la categoría S10, la de las discapacidades más leves. Tenía entonces 14 años.

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Cuatro años después, en Estados Unidos, en Atlanta, añadió tres títulos a su palmarés. Sufrió repetidas infecciones de oído y se perdió varias veces el escalón más alto del podio. A los 26 años, dejó de competir.

“¿Y por qué no el paraciclismo?”Sarah Storey se preguntó en 2004. Cuatro años después, en Pekín, ganó la contrarreloj en ruta y la persecución individual en pista. En 2012, ante su público, en Londres, triunfó: cuatro títulos paralímpicos. Su rostro apareció en toda la capital. Fue nombrada caballero y la Corona británica hizo imprimir sellos con su imagen. Sarah Storey utilizó entonces su fama para apoyar una causa que conocía bien: la lactancia materna para las madres deportistas durante las competiciones, una situación que vivió en los Juegos de Río en 2016. La insaciable “Dame Sarah” pasó de la carrera al podio, brillando en Tokio y luego en París, donde había decidido no correr en la pista para concentrarse en la carretera.

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