lo esencial
Con el título “Detrás de escena de Lourdes”, se acaba de publicar un libro que pone en valor a todas las personas que trabajan diariamente en el Santuario para que la llegada de los peregrinos sea un momento inolvidable.
Lourdes, su Cueva de las Apariciones, sus milagros e incluso sus millones de visitantes cada año… Si este alto lugar de peregrinación es conocido en todo el mundo, los cientos de personas que lo dan vida a diario lo son mucho menos. Por eso, ediciones Salvator, en colaboración con el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, acaba de publicar una obra titulada “Detrás de escena de Lourdes: estos rostros que dan vida al Santuario”.
“La idea de este libro es dar a conocer al público en general todas las manitas del Santuario. Ellos son quienes hacen que sea lo que es”, dice Chelo Feral, la responsable de comunicaciones que supervisó la creación del libro. Es también una forma de rendir homenaje a ellos: a los que trabajan hoy pero también a todos los que trabajaron en el pasado y que ya no están…”
Cien profesiones
Escrito por el periodista Benjamín Coste (del semanario familia cristiana), y magníficamente ilustrada por Pierre Vincent (fotógrafo y camarógrafo oficial del Santuario), esta obra está compuesta por 18 retratos llenos de humanidad, destacando la gran diversidad de profesiones del lugar.
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“Hay quienes vemos, aunque no recordemos especialmente sus rostros, como los agentes de seguridad, los capellanes, los sacristanes, los fieltroros, etc., dice Chelo Feral. Pero también están todos los que no vemos: empleados de lavandería, agentes de servicio técnico, directivos… Son alrededor de 240 empleados y 80 temporeros, para más de 100 profesiones representadas en el Santuario. ¡Es bastante gigantesco! Sin olvidar a los numerosos voluntarios y trabajadores hospitalarios que dedican su tiempo al servicio de los peregrinos enfermos y que, evidentemente, están representados en la obra.
Sirviendo a los peregrinos
Con su multitud de servicios (administrativos, técnicos, archivos, informática, comunicación, audiovisuales, etc.), casi podríamos comparar el Santuario con una gran autoridad local… Con la diferencia de que incluye profesiones insólitas, incluso únicas en el mundo como las de el de un fabricante de fieltro. La función de estos agentes es velar por las oraciones de los peregrinos materializadas por una vela encendida. Limpiar las capillas de luz desde muy temprano en la mañana, retirar la parafina derretida del día anterior, reponer existencias o incluso encender las velas encargadas por internet forman parte de sus misiones diarias.
También podemos mencionar al organista que, además de tocar durante las misas, se encarga de componer la música del Santuario. Y muchos otros trabajos “entre bastidores en Lourdes” se pueden descubrir en el libro de Benjamin Coste. Además, al leer los retratos, comprobamos que ningún empleado del Santuario está allí por casualidad, incluso aquellos que no son creyentes… “Para muchos, trabajar aquí es una vocación. Responde a una necesidad o a un viaje interior, subraya Chelo Feral. Y todos comparten el mismo objetivo: hacer de cada visita al Santuario de Lourdes un momento inolvidable.