Lewis Hamilton puede estar tranquilo: no debería tener problemas para llegar a fin de mes hasta su muerte. Sin duda, incluso ha asegurado el sustento de muchos pequeños Hamilton durante varias generaciones. Porque el contrato que firmó con la Scuderia Ferrari, sumado al que ya ha recibido desde su debut en la F1 en 2007, le amparará durante muchísimo tiempo.
El inglés comenzó su carrera en McLaren, con un salario base de 4 millones de dólares. A medida que los éxitos se acumulaban, las victorias empezaban a caer, la nómina tomaba el ascensor. Fueron 5 millones en 2008, luego 18 (2009), 21,3 (2010), 14 (2011) y finalmente 20,5 en su última temporada en McLaren.
En Mercedes, empezó a hacer un compromiso a largo plazo: 82,8 millones de dólares para el período de 2013 a 2015. El premio mayor fue entonces, con 104 millones en 3 años y luego 133 millones en 2 años, con la cuadra alemana. Su último acuerdo con la marca estrella ascendió a 44 millones anuales, para un total de más de 500 millones de salario desde sus inicios, todo ello sin contar a sus distintos socios.
Quien esté entre los 500 británicos más ricos volverá a sufrir una gran caída la próxima temporada. Al fichar por la firma italiana, se aseguró un salario de unos 120 millones de dólares en dos años. Con las bonificaciones y sus patrocinadores superará los 100 millones anuales. El siete veces campeón del mundo superará así los 57 millones que recibió Max Verstappen en Red Bull. Lando Norris (McLaren) se “estanca” en 33 millones anuales.